10 señales de que estar saludable no tiene nada que ver con tu peso

10 señales de que estás saludable que no tienen nada que ver con tu peso
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El peso de una persona suele ser una de las primeras cosas que los doctores miden para valorar tu salud.

 

Sin embargo, no es la única forma de medir qué tan sano estás, y la mayoría de las veces, ni siquiera proporciona una evaluación precisa, pues el simple número en la báscula no dice nada sobre el riesgo de enfermedad, condición física, salud mental y muchos otros aspectos del bienestar que influyen en la salud.

 

De hecho, darle tanta importancia al peso podría ser contraproducente, pues vincular el “peso saludable” con la salud misma puede hacer que las personas más “pesadas” se avergüencen, evitar que los médicos resuelvan problemas de salud de los pacientes con sobrepeso y hacer que las personas más livianas sean menos cautelosas con respecto a su salud.

 

Por otra parte, la salud es muy individualizada. Para tener un panorama completo sobre ella, necesitarías un título médico, un análisis de sangre y un montón de pruebas clínicas.

 

Pero si quiere saber cómo estás sin hacerte exámenes ni pisar una báscula, puedes tomar en cuenta estos otros signos de salud de Fall Ferguson, maestro de educación integral en salud y presidente de la Asociación de Diversidad y Salud de Tamaño:

 

1. Comes más alimentos integrales que alimentos procesados

 

No se puede negar que la comida juega un papel en la salud, pero a menudo solemos tener un enfoque de bueno o malo para comer bien.

 

Así que una de las cosas más simples que puede hacer “es comer más alimentos integrales y menos alimentos procesados”, dice Ferguson. O sea, más proteínas magras, como pechugas de pollo en lugar de carne de deli procesada; granos integrales como arroz integral y quinoa en lugar de panes, papas fritas y galletas saladas, y sí, muchas frutas y verduras.

 

2. Comes cuando tienes hambre y te detienes cuando está llena

 

Hay buena evidencia de que esos comportamientos te harán más saludable y te harán sentir mejor, incluso si tu peso no cambia, de acuerdo con los autores de la revista Journal of Obesity.

 

Cuando te das cuenta de qué alimentos satisfacen tu apetito y te dan energía sostenible, y cuáles te hacen sentir hinchado o lento, comenzarás a ver que los alimentos son agradables y funcionales, y tendrás menos probabilidades de comer cosas que no benefician a tu cuerpo y es más probable que ingieras cantidades que se ajusten a tus necesidades.

 

3. No te castigas cuando comes cosas dulces, fritas o consideradas “malas”

 

Principalmente, no lo haces porque 1) estaba delicioso y 2) no lo comes todos los días. Además, eso no tiene nada que ver con vigilar tu peso: simplemente sabes que tu cuerpo funciona mejor cuando se llena de alimentos sanos.

 

4. Mueves tu cuerpo y lo llamas ejercicio

 

De hecho, hasta te gusta, y no tiene que ser de 45 minutos o una hora: la actividad a lo largo del día puede beneficiar seriamente tu salud mental y física.

 

5. No te sientes mal por la cantidad de comida que ingieres

 

Solo te sientes satisfecho o hambriento, como mencionamos arriba.

 

6. Tienes algún tipo de conexión con tu comunidad

 

Ya sea que comas con tus amigos de la oficina o que seas voluntario en un grupo de la iglesia, estudios a largo plazo sugieren que las comunidades unidas son clínicamente más saludables que los “vecinos desconectados”.

 

7. Duermes lo suficiente como para funcionar

 

Así eso signifique apegarse a dormir a las 10 p.m., o dormir hasta el mediodía los fines de semana, debes dormir lo suficiente para poder pasar el día sin beber café en exceso o quedarte dormida al volante.

 

Además, la falta de sueño puede interferir con las señales de hambre de su cuerpo, por lo que no puedes determinar si estás satisfecha o hambrienta.

 

8. Realizas físicamente las cosas que te importan

 

Eso podría significar simplemente subir escaleras sin quedarte sin aliento o correr una media maratón. Si no estás en forma, es posible que no puedas lograrlo de la noche a la mañana, pero una buena salud significa que puedes establecer un objetivo y ser razonable para alcanzarlo.

 

9. Puedes administrar tu vida cotidiana

 

Eso significa que no rompes en llanto en el trabajo normalmente. Más allá de un mal día ocasional, generalmente puedes manejar los desafíos que la vida te lanza. ¿Qué tiene esto que ver con la salud? Es una señal de que eres muy adecuado para repeler el tipo de estrés que conduce a enfermedades crónicas.

 

10. Encuentras una manera de sentirte bien acerca de cómo pasas tus días

 

No todos pueden hacer el trabajo que aman, pero si puedes encontrar la manera de hacerlo personalmente significativo (es decir, apreciar que tu trabajo de mierda paga la renta de un departamento o al menos un cuarto que te encanta), tu actitud optimista te hará más resistente y mejorará tu bienestar.

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