Ana y Mía cada vez atacan a más mujeres de esta edad...

Ana y Mía ya no se conforman con atacar a las niñas y adolescentes, sino que ahora cada vez más mujeres y hombres de 30 años en adelante desarrollan estos trastornos de alimentación por primera vez.

Toni Saiber, por ejemplo, a sus 30 años desarrolló una terrible anorexia. Después de muchas discusiones decidió separarse de su esposo, pero lo que realmente la afectó fue el comentario del hijo de su exmarido que se burló de ella por estar "pasada de peso".

A sus 30 años, con un divorcio en camino y con una vida de soltera que le permitiría conocer nuevas personas, Toni sabía que no tenía sobrepeso pero que sí podía mejorar para tratar de ser “perfecta”.

Así, la última comida que hacía era antes de las 4 de la tarde para no probar ningún bocado sino hasta el día siguiente. Los primeros 5 kilos menos hicieron que Toni se sintiera perfecta y deseara perder más y más peso.

Entonces comenzó su rutina obsesiva: contar con meticulosidad cada caloría que ingería, pesarse en las mañanas, después de comer y antes de irse a la cama.

Si mantenía mi peso, o mejor aún, si perdía, me sentía bien conmigo misma, pero si subía todo el día estaba irritada y de mal humor.

Los desórdenes alimenticios generalmente se asocian a las adolescentes, pero los expertos han notado que en los últimos años cada vez más mujeres y hombres mayores de 30 años también los padecen.

Cynthia Bulik, directora de desórdenes alimenticios de la Universidad de Carolina del Norte lanzón un programa para ayudar a las mujeres con anorexia y bulimia. Su sorpresa fue que 5 años después de lanzado, casi la mitad de sus pacientes eran mayores de 30.

En 2012 Bulik publicó un estudio que arrojó que 13% de las mujeres que entrevistó, de 50 años o más, tenían síntomas de algún desorden de alimentación.

¿A qué se debe?

Los expertos creen que cambios importantes en la vida de las mujeres adultas pueden detonar estos trastornos como el embarazo o la menopausia.

El problema es que la mayoría de los adultos que padecen un desorden de alimentación son incapaces de pedir ayuda, por lo que las cifras aproximadas de cuántos lo padecen son escasas.

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Con información de The Huffington Post

Cortesía de imágenes: especial