¡Todo lo hemos hecho mal! Los secretos para mantener tus toallas esponjositas

Después de un baño caliente, secarse con una toalla esponjosita será como la cereza del pastel de una ducha relajante. La experta en interiores Rachel Cohen contó al medio estadounidense Popsugar, los secretos para conservar unas toallas blancas y afelpadas. Conócelos:

Lavar con agua fría

Las temperaturas heladas evitarán que tus toallas permanezcan como recién compradas. Las fibras se mantendrán en su lugar y los colores permanecerán vivos. Incluso, las manchas pueden salir más fácil del tejido si se lava con agua fría.

Adiós al suavizante

Los suavizantes pueden dar a nuestras toallas un olor increíble, sin embargo, los productos químicos podrían dañar las fibras y hacer que las telas sean menos flexibles en cada lavado. También puedes lavar cada una por separado para evitar que el peso de otras prendas caiga sobre las toallas, las “aplaste”, y las haga más delgadas.

¡No tanto detergente!

Está bien que quieras tus toallas súper limpias, pero no exageres con el detergente al momento de lavarlas. Utilizar demasiado producto provocará que pierdan su textura afelpada y tras varios lavados, queden rígidas y descoloridas. Sigue las instrucciones del reverso de la bolsita o botella de detergente para saber cuánto utilizar.

No abuses del secador

Las toallas muy absorbentes se secan más rápido, por ello deben colocarse en el ciclo de secado más corto. También puedes sacar las toallas de la lavadora cuando aún estén húmedas y tenderlas al aire libre.

Vinagre, la medida alternativa

Para conservar tus toallas súper blancas, puedes hacer una mezcla de vinagre y bicarbonato de sodio. Añade 200 gramos de bicarbonato a tu lavadora, luego 125 ml de vinagre blanco durante el ciclo de enjuague. Notarás su blancura extraordinaria.

¿Conoces algún otro truco para conservar tus toallas como salidas de la tienda?