Cuando los hombres dejaron de usar tacones altos...

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Hubo un tiempo en que los zapatos de tacón alto fueron un accesorio esencial y exclusivo para hombres. Nada que ver con el símbolo de feminidad, provocación y glamour de hoy. Pero, ¿cuándo dejaron los hombres de usar tacones altos y por qué? Un amplio reportaje de la BBC nos da la pista.

 

Según Elizabeth Semmeljhack del Museo Bata Sho en Toronto (Canadá), “los zapatos de tacón fueron usados durante siglos en el Medio Oriente como el calzado para los jinetes. Cuando los soldados se aferraban a sus estribos, el tacón ayudaba a sujetarse al caballo y así poder disparar sus flechas con más precisión". Una buena equitación era esencial en los estilos de combate en Persia.

 

Y el tacón llegó a Europa

 

Al final del siglo XVI, el Shah Abbas I tenía la caballería más grande del mundo y deseaba establecer lazos con gobernantes en Europa Occidental para tener aliados a la hora de enfrentar a su mayor enemigo, el Imperio Otomano. De esta manera, en 1599 Abbas envió su primera misión diplomática a Europa, específicamente a las cortes de Rusia, Noruega, Alemania y España.

 

Los zapatos al estilo persa fueron adoptados con mucho entusiasmo por aristócratas que buscaron tener una apariencia viril, una masculinidad que de repente sólo podía alcanzarse usando este tipo de calzado. Sin embargo, cuando esta prenda llegó a las clases más bajas, la aristocracia respondió aumentando dramáticamente la altura de los tacones, con lo que nació entonces el zapato de tacón alto.

 

En las calles empedradas y llenas de barro de la Europa del siglo XVII estos nuevos zapatos no tenían ningún valor. Sin embargo, este era justamente el punto. Según Semmelhack, una de las mejores maneras de tener estatus social era a través de “costumbres imprácticas". La clase alta siempre usó ropa poco práctica, incómoda y lujosa para anunciar su estatus privilegiado.

 

 

Luis XIV y sus tacones rojos

 

Uno de los más notables coleccionistas de zapatos de la historia fue indiscutiblemente Luis XIV de Francia, quien solo medía 1,63 metros de altura, y que mejoraba su altura agregando 10 centímetros con sus zapatos de tacón, muchas veces decorados con escenas de batallas. Además, los tacones y las suelas siempre eran de color rojo, un teñido muy caro que representaba un tono marcial.

 

La moda rápidamente pasó a la Gran Bretaña y al rey Carlos II de Inglaterra en su coronación en 1661 se le representa calzando un enorme par de zapatos rojo, con tacones estilo francés pese a que él medía 1,85 metros sin ellos.

 

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En la década de 1670 Luis XIV firmó un edicto donde solo los miembros de su corte podían calzar zapatos con tacones rojos. Pero en la práctica la alta sociedad usaba este tipo de calzado no autorizado y algunas imitaciones.

 

 

La moda llega a las mujeres

 

Pese a que los hombres europeos fueron los primeros que sintieron atracción por los tacones -debido a su conexión con Persia y la masculinidad- la manía de las mujeres por adoptar elementos del vestuario de los hombres hizo que rápidamente se extendiera a ellas y a los niños.

 

Según Semmelhack, en la década de 1630 había mujeres con el pelo corto y vistiendo charreteras; fumaban pipa y llevaban sombreros que tenían diseños muy masculinos. “Es por esta razón que adoptaron los zapatos de tacón en un esfuerzo por masculinizar su vestuario", explica la investigadora. ¡Todo un guiño a la moda andrógina de hoy!

 

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Desde este momento la clase alta europea adoptó una moda de zapatos unisex hasta el final del siglo XVII, cuando las cosas comenzaron a cambiar otra vez.

 

 

Tacones para hombres y mujeres

 

Años después, cuando explotó el movimiento intelectual de la Ilustración, llegó un nuevo respeto por lo racional y lo utilitario y un énfasis más importante en la educación que en los privilegios.

 

La moda masculina giró hacia una ropa más práctica. En Inglaterra, la aristocracia comenzó a vestir ropa sencilla vinculada al trabajo, fue el inicio de lo que ha sido denominado como la Renuncia del Gran Macho, lo que se tradujo en el abandono del uso de joyas, colores brillantes y telas ostentosas. Ahora llegaba una moda de colores oscuros, sobrios y homogéneos.

 

La ropa de los hombres no funcionaba ya para definir una clase social y cuando estas fronteras entre clases comenzaron a ser más tenues en lo que respecta a la moda, las diferencias entre los sexos comenzaron a ser más pronunciadas. Mientras los hombres se convertían en ciudadanos a través de la educación, las mujeres eran vistas como seres más emocionales y poco educadas. “El deseo femenino comenzó a construirse en términos de moda irracional y los tacones altos -una vez separados de su función en la equitación- se convirtieron en un ejemplo típico de la moda poco práctica", agrega Persson.

 

 

El tacón en la mujer, un símbolo de erotismo


En el momento en que los tacones volvieron usarse en la segunda mitad del siglo XIX, la fotografía comenzó a cambiar la manera en que eran percibidas la moda y la mujer. Los que trabajaban en la pornografía fueron los primeros en usar la nueva tecnología, tomando fotos de mujeres desnudas para postales eróticas, donde las modelos posaban en posiciones que recordaban a los desnudos clásicos, pero calzando tacones altos de la edad moderna. Elizabeth Semmelhack cree que esta asociación con la pornografía convirtió a los tacones altos en accesorios eróticos para las mujeres.

 

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¡Siempre es bueno recordar el origen de las cosas!

 

 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la ideología de actitudfem.com

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