¿Qué es lo que realmente importa en la vida? Niños con enfermedades terminales tienen las respuestas más valiosas

Perder de vista aquellas cosas que realmente nos importan es muy fácil, porque la vida va tan rápido y es tan vasta, y tiene tantas distracciones que brillan, pero no son oro.

Pero la vida también es un ratititito que se pasa en un abrir y cerrar los ojos, y cuando menos piensas, eso que realmente vale la pena ha quedado en plano secundario.

Si necesitas recordar que eso que te hace sentir calorcito en el corazón es lo que de verdad importa, un pediatra preguntó a niños con enfermedades terminales qué era lo que le daba sentido a sus vidas y sus respuestas son las más valiosas.

El doctor Alastair McAlpine, pediatra paliativo de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, compartió los resultados de esta pregunta en Twitter, pues los niños son sabios y McAlpine sabía que podríamos beneficiarnos de su sabiduría.

“Para una tarea, le pregunté a algunos de mis pacientes de cuidados paliativos terminales sobre lo que habían disfrutado en la vida, y lo que le dio sentido a sus vidas. Los niños pueden ser tan sabios, ¿saben? Aquí están algunas de las respuestas (hilo)”, escribió en su primer tuit.

Luego comenzó señalando todo aquello que los pequeños NO habían mencionado, como ver más tele, o ver más Facebook, mucho menos pelear con los demás, ni estar en el hospital, por supuesto.

Descartando eso, lo que sí les dio sentido a las vidas de estos pequeños, según los tuits de McAlpine, fueron sus mascotas, sus padres, el helado, pasar tiempo con sus familias.

“Amo a Rufus, su ladrido es chistoso y me hace reír”, “Amo cuando Ginny se acurruca junto a mí en la noche y ronronea”, “Fui muy feliz cuando monté a Jake en la playa”, dijeron sobre sus mascotas.

“Espero que mi mamá esté bien. Se ve triste”, “Papá no tiene de qué preocuparse. Nos veremos de nuevo pronto” y “Dios cuidará de mi mamá y mi papá cuando no esté yo” fueron algunas de las respuestas respecto de sus padres.

De acuerdo con el quinto tuit en el hilo del pediatra, a todos los niños les encantaba los libros y que sus padres les leyeran o contaran historias.

“Harry Potter me hizo sentir valiente”, “¡Me encantan las historias sobre el espacio!”, “¡Quiero ser un gran detective como Sherlock Holmes cuando esté mejor!”, fueron algunas de sus respuestas.

Para la muchos de los niños, no haber prestado atención a lo que los demás pensaban de ellos y valorar más a las personas que los trataban “normal” era importante: “A mis verdaderos amigos no les importó cuando se me cayó el pelo”, mencionó uno, “Jane ni siquiera se dio cuenta de mi cicatriz cuando vino a visitarme después de la cirugía”, dijo otro.

Muchos también mencionaban la playa como un componente importante de la vida, pero sobre eso, la forma en la que ciertas personas los hacían sentir: “Mi abuelita es muy amable conmigo. Ella siempre me hace sonreír”, “Jonny me dio la mitad de su sándwich cuando no comí el mío. Eso me hizo sentir bien”, “Me gusta cuando la enfermera amable está aquí. Ella es gentil. Y duele menos”.

Y otra cosa importantísima, amaban a las personas que los hacían reír: “'¡Ese mago es tan tonto! ¡Se le cayeron los pantalones y no pude parar de reírme!”, “¡Mi papá hace caras divertidas que me encantan!”, “¡El chico de la cama de al lado se echó un pedo! ¡Jajaja!”.

Los niños valoraban todos y cada uno de esos momentos que parecen ordinarios, pero que, finalmente, para ellos, dieron sentido a sus vidas: “¡Mamá y papá son los mejores!, “Mi hermana siempre me abraza fuerte”, “¡Nadie me ama como mami me ama!”.

Finalmente, como conclusión, McAlpine resume todo a ser más amables, leer más libros, pasar más tiempo con tu familia, reírte de chistes, ir a la playa, abrazar a tu mascota y decirle a esa persona especial que la amas, porque por más cursi y ordinario que todo esto parezca, seguro que también son cosas que te hacen sentir calor en el corazón.

Ah, claro, y no te olvides del helado.