¿Dónde quedó tu estómago?

Imagínate cómo sería subirte a una montaña rusa sentada en una licuadora. Esto es más o menos como describiríamos el nuevo juego en Six Flags, The Joker.

Desde que llegamos al parque sabíamos que nos íbamos a subir a una roller coaster en la que, además de las subidas y las bajadas, los carritos giran de forma independiente. La cosa es que de saberlo a experimentarlo hay una gran diferencia.

Las risas y el estrés comienzan desde que tratas de subirte al carrito, porque aunque disminuyen la velocidad para que la gente se pueda subir y bajar, tienes que hacerlo sin que el mendigo carro para cuatro personas se detenga por completo.

Es más o menos como bajar por las escaleras eléctricas, pero ese momento de duda entre “le brinco o no le brinco” te prepara para el rush de adrenalina que vivirás unos segundos después. En mi caso, me dio infinito placer ver a Carolina (editora de ActitudFEM) tratar de brincar hasta el otro lado para dejar su bolsa, pero por el pánico de bajarse y no poder volver a subir terminó aventándole el bolsón de Mapimí con el que carga todos los días al primer pobre incauto empleado de Six Flags que se encontró en el camino.

Una vez que ya estás sentada y acomodada viene lo bueno. No es una roller coaster particularmente grande ni alta, la diversión es que cada carrito da vueltas sobre su propio eje cuando se le da la gana. Esto te tiene en tensión constante porque las curvas y las caídas te las esperas, pero cuando a la mitad de la vuelta te giran como trompo te destanteas.

Antes de que puedas descubrir dónde dejaste el estómago ya estás de regreso, despeinada y desequilibrada te tienes que bajar del carrito en movimiento (algo que seguramente hacen de este modo para mero entretenimiento del staff). Es divertidísimo ver a la gente bajar todavía preguntándose qué pasó atrás.

¡Pero no te preocupes! Tienes tiempo para recuperarte mientras bobeas en la padrísima tienda de souvenirs de la que quieres salir con todo.

Esta es la octava roller coaster de Six Flags México y se merecen un verdadero aplauso por haber encontrado una nueva y deliciosa forma de revolvernos el estómago. Yo soy una amante de todas estas atracciones que me hacen escupir adrenalina como camello, pero ésta en particular es una que cualquiera puede disfrutar sin que nadie se desmaye.

Cuando vayas platícanos qué te pareció esta nueva atracción.