Así reacciona tu cerebro cuando terminas una relación

“Se terminó”: dos de las palabras que jamás quisiéramos escuchar, y menos de alguien a quien amamos tanto. Pese a sentir ese dolor en el pecho, las reacciones de la noticia en realidad proceden de tu cerebro que reacciona de manera increíble cuando terminas una relación.

Cuando tu pareja se va…

Cuando estás enamorada, tu cerebro libera más dopamina, la hormona que te hace feliz, de hecho, el enamoramiento es equiparable a la satisfacción que experimentas cuando consumes una droga como la cocaína, por ejemplo.

Pero cuando la relación termina, tu cerebro no asimila de manera inmediata la respuesta, por lo que esos químicos que  te hacían sentir tan bien alcanzan su nivel más bajo haciendo que experimentes ansiedad y esa necesidad de volver a sentir la sensación, justo como un adicto que no consume drogas.

La falta de dopamina empieza a afectar otras áreas del cerebro, anulando así el control del área de las emociones. Eso explica que hagas locura y media como llamarle cuando bebiste, ir a buscarlo a su casa, saber de él por medio de sus amigos, etcétera.

Sin embargo, ahí te va un dato interesante: tú no extrañas al susodicho como tal, sino la sensación que te brindaba estar a su lado, y esa liberación de dopamina que hacía a tu cerebro sentirse tan bien.

Y aún hay más…

De acuerdo con la Universidad John Hopkins, un cerebro “adolorido” experimenta una carga importante de estrés por lo que puedes experimentar problemas para conciliar el sueño, tu ritmo cardiaco y  sistema inmunológico también pueden verse afectados. Así que es más común en esos días que contraigas un resfriado. ¿Qué tal?

Checa otro dato: de acuerdo con la Universidad de Michigan las mismas partes de tu cerebro que se activan cuando te lesionas físicamente, se iluminan cuando te haces daño emocional, como una ruptura.

Entre más larga la relación, más daño en el cerebro

Mientras más tiempo hayas estado en una relación, los efectos neurológicos son más profundos, por eso cualquier acto como ir a caminar, leer, visitar a conocidos, etcétera, los relacionas con las experiencias del pasado que viviste con tu pareja.

¿La solución?

Pues aquí bien aplica la frase de “un clavo saca a otro clavo”. Si, sí, la única manera de curarte de ese mal es justo encontrando otro amor. ¿Qué fuerte, no?