Cómo reaccionan hombres y mujeres frente a los malos regalos

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De acuerdo con el psicólogo británico Jeremy Dean, autor del estudio “The 12 Psychology Studies of Christmas”, la Navidad tiene un lado psicológico interesante que se expresa en conductas curiosas, poco conocidas y a veces imposibles de imaginar.

 

Una de ellas, según el experto, es la adicción a los detalles decorativos y las luces navideñas. En algunas calles de la ciudad de México, por ejemplo, se ha convertido en todo un fenómeno.

 

Mujeres reaccionan mejor ante un mal regalo

 

A juicio de Dean, las mujeres somos más diplomáticas que los hombres al recibir un regalo que no nos gusta, sobre todo cuando viene de la pareja. “Suponemos que las personas cercanas a nosotros nos conocen lo suficientemente bien como para llevarnos buenos regalos. Así que cuando llega un mal obsequio, éste tiende a reflejar una cierta pobreza en la relación”, señala Dean.

 

Sin embargo, según este experto, los hombres y las mujeres tienen diferentes mecanismos psicológicos para hacer frente a los regalos pobres o inadecuados, y reaccionan de forma distinta a corto plazo: mientras las mujeres fingimos que el obsequio recibido es justo lo que siempre habíamos deseado, los hombres son más propensos a decir lo que de verdad piensan.

 

A largo plazo, sin embargo, es probable que los malos regalos terminen dañando la relación.

 

El lado social de la decoración

 

Otra investigación encabezada por Carol M. Werner, del Departamento de Psicología de la Universidad de Utah (Estados Unidos), indica que las decoraciones navideñas que ponemos en el exterior de nuestras casas provocan que otros piensen que somos más sociables y que estamos más integrados en la comunidad o el vecindario.

 

El estudio, en el que un grupo de participantes observó una serie de fotografías de casas exhibiendo adornos navideños, calificaron a sus residentes como “sociables” y “no sociables”, a partir de cómo percibían dichos ornamentos.

 

Para Dean, no hay que exagerar con la decoración, ni caer en la denominada “adicción a la iluminación navideña”.

 

Ojo con los olores y las lucecitas navideñas

 

Por su parte, el psicólogo estadounidense John Grohol, fundador y director del portal Psych Central, se pregunta: ¿por qué algunas personas se vuelven locas con la cantidad de luces que iluminan sus casas y jardines? Según Grohol, la raíz de este problema podría radicar en que la gente cree que sus casas se “parecen demasiado a las de los demás,” por lo que buscan llamar la atención con el pretexto de celebrar las fiestas. En términos psicológicos, se denominarían “buscadores de atención”.

 

Por otra parte, está el impacto olfativo. El aroma que desprenden los árboles navideños, las velas, o algunos adornos con el inconfundible olor a manzana o vainilla, también está analizado por los expertos. De acuerdo con el estudio “It’s beginning to smell (and sound) a lot like Christmas: the interactive effects of ambient scent and music in a retail setting”, la música navideña, que suena durante semanas por dondequiera que vamos, interactúa con los olores típicamente navideños para estimular nuestras actitudes favorables hacia los negocios y aumentar nuestra propensión a consumir.

 

El autor de dicha investigación, Eric R. Spangenberg, de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad del Estado de Washington, sugiere que “los estímulos olfativos y musicales pueden influir en las percepciones y comportamientos de los individuos”.

 

Ya lo sabes: nada es gratuito alrededor de las fiestas navideñas y todo, absolutamente todo, tiene un interesante lado psicológico.

 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la ideología de actitudfem.com

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