De cangrejear al cangrejeo hay sólo un paso

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Y que me llama Cirila con ansiedad absoluta en su voz para preguntar si debería aceptar la invitación a cenar (en su casa, FYI) del exnovio de tres años con quien tronó hace menos de seis meses.

 

¿Qué le dije? Pues que tuviera cuidado porque a mí me olía a puro cangrejo. ¡Pero si él es alérgico a los crustáceos! (chiste fácil).

 

Para los que no saben lo que cangrejeo significa es simple: caminar para atrás como los cangrejos, o sea, ir en reversa, o sea, andarle tentando las patas al diablo, o sea, ¡meterse otra vez con el ex!

 

¿Pero si los cangrejos no caminan para atrás? Pues eso a mí no me importa, pero así es el dicho y no hay cabida a alegatos.

 

Eso sí, una cosa es cangrejear y otra cosa es el cangrejeo.

 

Cangrejear es el bonus track de toda relación. Uno truena, se odia, luego como que no se odia tanto, luego como que ya te caes un poquito mejor y en una de esas, ¡cuaz! Terminas enredadota en las sábanas con el ex, casi como un deja vú. Pero es sólo una vuelta, no hay repitis ni nada de ¡otra, otra!

 

Cangrejeo es el arte de volverlo costumbre. Es ese statu quo en el que ni estás en una relación con tu ex, pero tampoco no lo estás. O sea, andas comiendo pollito sin quitarle las plumas, pero quien se lleva se aguanta, luego no ande chillando.

 

Esas relaciones con el ex que ni son relaciones ni no lo son, se balancean en la tangente de lo complejo, y es por eso que taaaaaaaanto les gustan a muchas Cirilas y por lo que, probablemente, casi todas las mujeres, hayamos caído.

 

Y es que puede resultar muy atractivo encontrarle atractivo a quien ya no era tan atractivo. Es como si, de repente, unos tacones viejos, usados, casi inservibles, vuelven del zapatero luciendo hermosos, ¡ah, belleza sublime! Podríamos usarlos hasta de pantuflas con tal de verlos nuevamente brillar de chulísimos.

 

Pero caer en el engaño de los zapatos lustrosos es bastante menos peligroso que caer en el engaño de las mieles del ex. Pues yo prefiero un par de callos antes que un par de chipotes en la cabeza. Por lo menos unos los escondo pero los otros… en la cara no que de eso vivo.

 

Lo que no se puede olvidar, y por favor tomen nota las amigas, es que si tronaste con el ex es porque las cosas no estaban funcionando. El hecho de que vuelvan a funcionar entre las cobijas, no quiere decir que todo lo que les oprimía en el pasado se esfumó y que serán felices como lombrices.

 

El sexo y la fiesta en el colchón se acabarán cuando la realidad golpee, si es que Cirilo permite que las cosas lleguen hasta allí. ¿Sabían que la mayoría de casos en que un Cirilo vuelve a acostarse con su ex, no está pensando en regresar a una relación?

 

Todo truene es traumático y volverte a sentir parte de esa persona que en el pasado amaste o probablemente sigues amando, es un buen paliativo, más no un terreno firme en el que te convenga pararte.

 

Así que mi respuesta ante todo (casi todo) cangrejeo, es simple: NO. Ya estuviste ahí, no seas perezosa y busca otro nuevo panorama. Recuerda que la felicidad se encuentra fuera de tu zona de confort (alias cangrejeo).

 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la ideología de actitudfem.com

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