La noche que besé a una lesbiana

El día que besé a una lesbiana
El día que besé a una lesbiana
Recibe lo mejor de nuestro contenido en tu correo SUSCRÍBETE

Al hacer click en Suscribirme quedarás registrad@ a nuestro boletín el cual podrás cancelar en cualquier momento.

 

No sé cómo decir esto pero siento que debo hacerlo: no puedo dejar de pensar en la noche que nos besamos.


Me di cuenta que en el bar estábamos muy cariñosas. Pero no era obvio. Yo te estaba preguntando un montón de preguntas sobre ti y tu vida como lesbiana. Después les dijiste a todos en la mesa que fantaseabas con alguien del grupo. Supe que era yo. Nunca antes había pensado en besar a una mujer, hasta esa noche. Era la única en mi grupo de amigas que no lo había hecho y me sentía excluida.


Realmente no pensé que fuera a pasar. Quiero decir, salimos una par de veces y nunca me sentía atraída de esa manera. Además en ese momento tenía algo con un chico y me estaba divirtiendo mucho. Era un gran momento en mi vida.


Como era costumbre, tuvimos el after en mi casa. Se me hizo muy cute que no supieras como fumar de una pipa. Para hacer las cosas más fáciles decidimos que yo te pasaba el humo a la boca, lo que nos llevó a besarnos. Sentí la electricidad. No quise que terminara. En mi vida he besado a una buena cantidad de chicos y ninguno me había besado como tú lo hiciste. Me estaba conteniendo. Nuestros amigos estaban ahí. Me sentí nerviosa pero no quería que se acabara.


Cuando todo se acabó y te fuiste, me quedé acostada pensando en lo que había pasado. Estaba confundida. ¿Cómo pude haber disfrutado tanto besar a una chica? ¿Eso me hacía gay? Yo era completamente hetero. Después de todo, fue solo un beso. Todavía me gustaban los hombres… pero también me gustabas tú. Tal vez sólo estaba experimentando mucho. Empujando mis límites. Viendo lo que el mundo tenía para ofrecer. Rompiendo con mi molde conservativo-católico. Podía hacer lo que quisiera mientras no cayera en lo imprudente.

 


Me mandaste un mensaje al día siguiente diciendo que te la habías pasado muy bien. Elegí ignorarlo. En su lugar le llamé a mi ACF (amigo con beneficios) para acostarnos porque sentí que tenía que tener sexo para regresar a ser 100% hetero. Para restaurar mi sexualidad. También disfrute mucho de eso.


Días después me volviste a mandar un mensaje. Me moría por hablar contigo pero me contuve. Me alejé porque de todas formas me iba a ir. Odio el drama y las cosas complicadas. No me malentiendas; me sentí muy culpable por hacerte eso. No quería meterme con tus emociones.


Cuando dejé la ciudad sentí que estaba bien ser tu amiga. Te mandé un mensaje y la conversación no ha terminado. Ha pasado casi un mes y seguimos hablando. Me encontré checando mi celular para ver si no me habías mandado un mensaje.

 

Me gusta hablar contigo, tenemos pláticas increíbles acerca de casi todo. Nos hacemos tontas alrededor del tema del amor y las relaciones. Te cuente de mis chicos y tú me cuentas de tus chicas. A veces sólo hablamos de nuestro amor mutuo por la música y las caricaturas. Nos hemos acercado mucho. Pienso mucho en ti.


Tú estás hasta allá y yo estoy hasta acá. No creo en las relaciones a larga distancia y no creo que podría salir contigo. Sé que nuestros caminos se cruzarán pronto, pero ahora todo lo que quiero es ser tu amiga y besarte.


(via: Thought Catalog)

Compartir en Facebook compartir en twitter, se abrirá en otra ventana Compartir en Pinterest Agregar a favoritos Enviar por correo electrónico