Lo que aprendí de mi ex…

lo que aprendí de mi ex
lo que aprendí de mi ex
Recibe lo mejor de nuestro contenido en tu correo SUSCRÍBETE

Al hacer click en Suscribirme quedarás registrad@ a nuestro boletín el cual podrás cancelar en cualquier momento.

Corté con mi novio el día que entré a trabajar a Actitudfem… una cosa no tuvo que ver con la otra, pero coincidió, afortunadamente coincidió.


Durante los primeros 3 años creando este portal les compartí mis dramas internos, generalmente basados en él, un hombrecito que me hizo conocerme como nadie más, un tipo con el que caí al hoyo y seguí cavando, aun cuando no pensaba que se pudiera caer más bajo, yo seguía haciendo mi esfuerzo hasta que topé con cemento en China.


El primer año estuve enojada, luego triste, luego enojada nuevamente, las emociones normales… Luego pasé a esta etapa de extrañación profunda en la que, en mi imaginación, todo lo que estaba viviendo sería mejor si él estuviera a mi lado.


3 años y muchos patanes después entendí que las cosas pasan en el orden y tiempo que deben pasar y que si él hubiera seguido conmigo yo no sería editora de Actitudfem.


Mientras estuvimos juntos los 2 ganábamos poco, vivíamos lejos y parecíamos tener todas las dificultades del mundo para estar juntos… encima éramos una pareja bastante enferma del tipo gritos, llanto y carcajadas en la misma noche, cada noche.


Sí, no me juzguen… Todas necesitamos un tipo así y lo necesitamos para poder conocer realmente nuestra esencia, nuestros límites, lo que podemos ofrecer y lo que no estamos dispuestas a tolerar, de nuevo. El problema con estas relaciones extremadamente dramáticas es que suelen dejar un vacío muy difícil de llenar, sobre todo para drama junkies como yo.


Así que sí, tiempo después seguía extrañándolo y pensando que todo lo que me pasaba hubiera sido perfecto si lo hubiera podido compartir con él. Salvo que todo esto que implica mi vida no pudiera coexistir con él.


Jamás podría ser una editora que se levanta a una hora prudente para ir a pilates, desayunar bien, cocinar para comer en la oficina, irme en bicicleta, escribir durante 10 horas seguidas sobre temas que me apasionan para luego correr a una cata de mezcales o a una buena película sobre la que tengo que escribir al día siguiente. Llegar a mi casa, desmaquillarme, leer un libro, dormir…


Si este tipo siguiera a mi lado yo seguiría saliendo cada noche, seguiría fumando, seguiría tomando un tequila de más, seguiría durmiéndome de madrugada después de discutir horas, seguiría comiendo cualquier tontería, seguiría gastando dinero en cosas inútiles… seguiría siendo la chica que era a los 23 cuando lo conocí.


No puedo decir que lo haya superado, creo que estoy lejos de terminar de desintoxicarme de una relación tan dramática como la que viví, y todavía, en algún momento, lo extraño. Pero a la distancia entiendo que extraño algo que ya no puede existir, que ya no quiero que exista. Esta reflexión lleva varias semanas dando vuelta por mi cabeza, y justo hoy me topé con una nota del Huffington Post que me animó a escribir esto y compartirlo con ustedes.


Lo que aprendí de mi ex…


En ocasiones, lo que queremos no es lo que necesitamos… y afortunadamente el universo sabe mejor que nosotras.


Extrañar no significa necesitar.


No se puede obligar a nadie a sentir.


Los sentimientos se sienten… no se planean ni se deciden.


Cada quien es responsable de sus propias decisiones.


Si alguien no quiere estar contigo déjalo ir.


Perdonarse a una misma es mucho más difícil que perdonar a cualquier otro.


Si no sabes a dónde vas es muy fácil perderte.


Si no sabes lo que quieres es muy fácil querer cualquier cosa.


Si no pones límites no puedes reclamar cuando te pasan por encima.


Si no te valoras a ti misma no esperes que el otro lo haga (es cliché, pero es tan cierto que da miedo).


Si alguien te dice que no busca compromisos… créele. Y actúa en consecuencia.


Decir una cosa y hacer otra confunde… Sé coherente.


En una relación nadie le debe hacer el favor a nadie… Si empiezas poniéndolo en un pedestal terminarás cargando el pedestal en tus hombros.


Los títulos son palabras… las acciones son las que valen.


Siempre y nunca son palabras, no sentimientos.


Si quieres una relación, busca una relación, no una aventura.


Aprender a decir que NO te ahorrará muchos problemas.


Confía en tu instinto… en el fondo, no nos podemos mentir a nosotras mismas.


Estar acompañada no significa ser feliz.


Durante estos 3 años casi 4 no me lo he topado… no sería raro pensando que vivimos en una ciudad con más de 25 millones de personas, pero ustedes saben lo que es el universo. Ahora entiendo por qué… en realidad no hace diferencia alguna, aún no es momento. Porque cuando lo vuelva a ver mi indiferencia será sincera y mientras no llegue ese momento de genuina superación el universo no me dará lo que quiero porque no es lo que necesito.


Y chicas, hace falta mucho tiempo para entenderlo. O para aceptarlo. Lo que sí es que, como todo en esta vida, cuando volteas hacia atrás, ves que el camino recorrido, sea como haya sido, ha valido la pena.

 

¿Ya me siguen en Twitter? Déjenme sus comentarios... @Caro_Saracho

Compartir en Facebook compartir en twitter, se abrirá en otra ventana Compartir en Pinterest Agregar a favoritos Enviar por correo electrónico