¿Por qué las mujeres viven más que los hombres?

Que la esperanza de vida de los mexicanos y las mexicanas se ha duplicado en los últimos ochenta años, es bien sabido. Lo que son menos conocidas son las razones por las que las mujeres seguimos viviendo por encima del promedio de nuestros congéneres varones.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las mexicanas vivimos actualmente alrededor de 77.8 años, mientras que los mexicanos tienen una media de vida de 73.1 años.

¿Por qué las mujeres vivimos cuatro años más que los hombres?

En opinión de la Dra. Marianne Legato, investigadora emérita de la Universidad de Columbia y directora de la Foundation for Gender-Specific Medicine, “los hombres tienen desventajas biológicas y sociológicas desde el momento en que son concebidos hasta que mueren”.

Para la especialista, las mujeres partimos con determinadas ventajas, entre las que destacan:

1. Las mujeres somos más fuertes en el útero 

Aunque la cifra de embriones masculinos es ligeramente superior en el momento de la concepción, la tasa de abortos precoces entre éstos es también mayor. Según la Dra. Legato, los varones son más propensos a sucumbir a una infección prenatal u otros problemas, por lo que, aunque su concepción sea más alta, nacen en prácticamente igual número que las mujeres. “Son también más lentos en su desarrollo prenatal que las mujeres, lo que significa que mueren con más facilidad si el parto es prematuro, ya que su pulmón y su cerebro están menos desarrollados”, explica.

2. Las mujeres somos menos temerarias

De forma casi inevitable un hombre va a hacer más cosas arriesgadas que una mujer. Esto tiene una explicación biológica: el lóbulo frontal del cerebro –que se encarga, entre otras cosas, de calcular los riesgos de una u otra acción– se desarrolla de forma mucho más lenta en los hombres que en las mujeres. Esto hace que los hombres tengan una mayor propensión a enfrentarse, voluntariamente, a situaciones peligrosas.

3. Las mujeres desarrollamos problemas cardiovasculares más tarde

 Las enfermedades y accidentes cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo desarrollado entre hombres y mujeres, pero los hombres tienen más posibilidades de enfrentarse a ellas a los 30 o 40 años. En promedio, las mujeres desarrollamos problemas cardiovasculares diez años más tarde que los varones. Esto, según explica la investigadora, también tiene una explicación biológica: gozamos de una mayor protección frente a los problemas cardiovasculares hasta la menopausia, ya que nuestros cuerpos producen grandes niveles de estrógeno, una hormona que ayuda a mantener las arterias fuertes y flexibles.

4. Las mujeres tenemos vínculos sociales más fuertes.

Según un estudio de la Brigham Young University (Estados Unidos) publicado en 2010, las personas que conservan buenos amigos en la vejez tienen un 5% menos posibilidades de morir que aquellos que apenas los mantienen. Por otra parte, el estudio longitudinal con mayor duración de la historia, el Terman Study of the Gifted, coincide: "El beneficio más claro de las relaciones sociales viene de ayudar a los demás.

Aquellos que ayudaban a sus amigos y sus vecinos, aconsejando y cuidando de los demás, tendían a vivir más que el resto". Legato cree que las mujeres solemos hacer nuevos amigos en la vejez con más facilidad, lo que nos ayuda a ser más longevas. Hay una excepción: los hombres casados suelen tener más salud y vivir más que los hombres solteros o viudos.

5. Las mujeres nos cuidamos más

Según la Agency for Healthcare Research and Quality, los hombres visitan al médico un 24% menos que las mujeres y son un 22% más propensos a saltarse los controles de colesterol. Es más, un 28% de los hombres ni siquiera tienen un médico de cabecera al que acudan siempre. Aunque son datos estadounidenses, en nuestro país ocurre algo parecido. Cuando los hombres van finalmente al médico, es porque se encuentran peor que las mujeres, y los tratamientos empiezan más tarde.

El secreto de la longevidad femenina está descubierto: vivimos más debido a nuestros hábitos más saludables y a una mejor genética.

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