Por qué salí con un hombre que odiaba mi cuerpo

Recibe lo mejor de nuestro contenido en tu correo SUSCRÍBETE

Al hacer click en Suscribirme quedarás registrad@ a nuestro boletín el cual podrás cancelar en cualquier momento.

 

Una de mis cosas favoritas es escuchar a un hombre decirme algo dulce antes de besarme. Ya sabes, como cuando un chico te dice, “Hueles rico” o “Hola hermosa” o “Sabes, si perdieras peso te verías súper hot”.


Espera, ¿qué?


Sí, eso de hecho me pasó. Elliot, un chico con el que estaba saliendo, se inclinó y me susurró, “Sabes, si perdieras peso te verías muy hot”, justo antes de que tratara de besarme. Dejaré que piensen en eso por un momento.


Claro, inmediatamente puse mi mano en su vientre chelero y lo empujé. Mi rostro estaba encendido con una mezcla de vergüenza y enojo, pero el coraje era conmigo porque yo debería haber visto este momento venir a una milla de distancia. Elliot me sugería ensaladas, hacía toda una fiesta cuando mencionaba que iba al gimnasio y presumía todas las calorías que había quemado jugando ping pong con sus amigos.

 

Sí, es correcto. Ping Pong.


Los escurridizos comentarios sobre mi peso siempre me tomaban por sorpresa y los olvidaba, pero esa noche, fue suficiente. Escribí una pieza llamada “¿Los hombres que atraigo son un reflejo… de mí?” Es una pregunta con la que he batallado mucho porque como una princesa plus size en el juego, a veces se siente como un imán para los hombres sin dientes, sin trabajo y sin casa.


Cuando salgo con mis amigas más delgadas, caminamos a bares y clubs como un frente de hermoso girl power, y ellas lentamente se juntarán con los abogados cute y los chicos de finanzas, mientras que yo me quedo sola en la pista de baile sintiéndome invisible. Si se me han acercado chicos guapos, pero usualmente son lindos en el sentido: “Awww, mira al abuelo en su segundo aire con CeCe”. (La generalización más acertada: A los hombres mayores les gustan las chicas grandes.)


Tener citas en New York ha hecho un número en mi autoestima. Me sentía atrapada en la imagen de un cuerpo donde me convencí que nada bueno me iba a pasar hasta que perdiera peso. No iba a conocer a hombres decentes, no me iba a divertir cuando saliera con mis amigos, no iba a hacer lo que quería hacer. Me dije a mi misma que necesitaba estar flaca desde ayer, y que mientras fuera una plus size, tenía que salir con quien pudiera.


Una semana después de esto, conocí a Elliot. Y, mientras sus comentarios sobre mi cuerpo eran groseros y ofensivos, no eran diferentes de los pensamientos negativos que tenía en mi cabeza. La verdad, Elliot era una manifestación de los asuntos de mi imagen física. ¿Era el hombre que atraía, un reflejo de mí?

 


Sí. Había dejado de amarme a mí misma, comencé a odiar mi cuerpo y atraje a un hombre que no me amaba y odiaba mi cuerpo. La respuesta es muy dolorosa, nada complicada. Elliot fue el primer y último hombre con el que salí, que me hizo sentir mal sobre la forma en que lucía. Me recordé que no estaba loca por una chica plus size con estándares.

 

Significó que saliera menos de que lo que quería, pero la calidad sobre la cantidad es mejor para cualquier chica de cualquier tamaño. Todavía atraigo chicos raros, pero he aprendido que ellos no tienen miedo, por eso tratan de ligarse a todas. Adelanta algunos años, y ahora estoy saliendo con un chico guapo de finanzas.


De verdad creo que los hombres que atraigo son un reflejo de mí, así que soy cuidadosa de mostrarles a las personas cómo tratarme. Trabajo muy duro para amarme positivamente, para ejercitarme, para ser una chica plus size fashion y para entender que estoy mejor sola que con un tipo que odia parte de mí.


(via: Refinery 29)

Compartir en Facebook compartir en twitter, se abrirá en otra ventana Compartir en Pinterest Agregar a favoritos Enviar por correo electrónico