¿Qué es la filofobia?

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¿Alguna vez te ha pasado que cuando comienzas a enamorarte, te sientes vulnerable o temes reabrir heridas del pasado? Si vienes de una relación dolorosa, con toda seguridad te cuestionarás si vale la pena continuar adelante con una nueva posibilidad de estar en pareja.

 

De acuerdo con la psicóloga Alejandra López Jauffred, de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM), este miedo al amor, también conocido como filofobia, tiene su origen en las bases familiares, donde lo primordial es lo afectivo; básicamente, esto se traduce en el miedo a sufrir y a ser abandonada.

 

Para la psicóloga chilena Ana Garrido, también tiene mucho que ver con “el estilo de vida individualista que llevamos, no sé si somos más egoístas, pero estamos insertos en un medio social donde se nos enseña que tenemos que cuidarnos en extremo”.

 

El amor, un sentimiento ligado a la propia existencia

 

A juicio de las expertas, es probable que una de las causas del miedo a enamorarse sea que hayamos idealizado anteriormente la relación y pensamos que todo tiene que ocurrir tal y como hemos imaginado. De esta manera no nos sentiremos a gusto si cambia nuestra expectativa en cuanto a nuestra relación de pareja.

 

Por otro lado, quizás aparezca ese miedo al compromiso, a estar dedicada a una persona especialmente cuando antes no se ha tenido una relación estable. Sin embargo, dedicar la atención a una persona cuando se está acostumbrada a estar soltera puede ser un gran paso en un primer momento.

 

Hay personas que prefieren no llevar la relación hasta tal punto, para no agobiarse a dar el paso hacia el futuro de una relación. Así evitarían ese miedo a enamorarse demasiado para finalmente pasar a llevar una relación seria.  Superar el miedo a enamorarse

 

Lo principal es aprender a reconocer que se tiene miedo a enamorarse. Con la aceptación del propio miedo resulta más fácil superarlo. Una vez que se reconoce esta situación, lo mejor, aclaran las especialistas, es tener claros los sentimientos. Puede que nos quede una franja de incertidumbre en cuanto a la seguridad de seguir adelante, pero en estos casos, como dice el refrán, “quien no arriesga no gana”. El que nunca se arriesga a dar el paso, nunca se sabrá con total certeza si realmente es amor. En todo caso, afirma Ana Garrido, “amar no es mirarse uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección”.

 

 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la ideología de actitudfem.com

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