Mamás de adolescentes 2.0

Escucho a las amigas de mi madre y demás mujeres madres de adolescentes quejarse, todo el tiempo, porque sus hijos de la generación de los wi- fi-junkies no se despegan del bendito celular.

Si no están actualizando el estado de una red social, están subiendo una foto a la otra o comentando una tontería en una distinta. Se la viven chateando por whatsApp, mandándose emoticones por mensajería de Facebook, actualizando su TL de Twitter y demás vida virtual que pareciera desvirtuar a las nuevas generaciones.

Eso sí, cuando salen de casa sus teléfonos parecieran entrar en una especie de hoyo negro donde: jamás entran llamadas o se les acaba la pila o no escucharon o no había señal, o, o, o… (infinitas excusas).

Por ello, una madre desesperada porque su hijo no le contestaba el teléfono jamás y a la hora de dar excusas ponía cara de gatito de Shrek, desarrolló la app del terror para cualquier adolescente: Ignore No More, como lo leen, tomen nota: Ignore no More.

Esta app hace que cuando el jijo de la gran shing¢%/$¡ no conteste el teléfono, automáticamente se bloquee, impidiéndole el acceso a navegar por internet y a hacer llamadas. Las únicas dos llamadas que puede hacer es al teléfono de su madre y al 911.

Una vez que el gran jijo de su tecnológica madre conteste, la señora podrá quitar el bloqueo y regresarle su vida virtual al chamaco. Y si de pura casualidad el personajillo intenta borrar la app de su teléfono, le llega un mail a la madre que estará en todo su derecho de darle un chanclazo al mejor estilo primera generación.

Hoy en día uno no ve a los jóvenes convivir, a la hora que sea están buscando conectarse a esa realidad virtual que pareciera los hace más felices que la que viven aquí, en la vida que nosotros los de la era del Atari conocemos como real.

Ahora, las nuevas madres tienen una nueva tarea con la que luchar y en sus manos también se encuentra la dura faena de no hacerlos adictos desde chamacos a los teléfonos inteligentes o tabletas.

Sin embargo, con tristeza veo que muchas nuevas madres, más allá de luchar porque sus hijos tengan el menor contacto con dichos aparatos, los utilizan a su favor para quitarse al chamaquillo de encima.

Ahora, las tabletas y los teléfonos son las nuevas nanas y los mejores distractores para que mamá pueda tener una vida tranquila.

Los primeros siete años de un niño son los más importantes y uno ve a chiquitos que ni siquiera saben caminar pero ya saben jugar juegos en una tablet, que todavía no hablan bien pero se conocen de maravilla el lenguaje de los aparatos de nueva generación.

Luego, las madres se quejan que por qué sus hijos, cuando son adolescentes, se la viven pegados a esos teléfonos, que no les ponen atención, ¿y con qué cara pueden pedir eso si se los dan desde su tierna infancia para ellas mismas no ponerles atención?

En fin, como siempre, los seres humanos, en vez de evitar el desastre, buscamos la solución a él, o bueno, en este caso, una nueva app.

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