No tenía fe en Tinder hasta que… me demostró lo contrario

No tenía fe en Tinder hasta que… me demostró lo contrario / Especial
No tenía fe en Tinder hasta que… me demostró lo contrario / Especial
Recibe lo mejor de nuestro contenido en tu correo SUSCRÍBETE

Al hacer click en Suscribirme quedarás registrad@ a nuestro boletín el cual podrás cancelar en cualquier momento.

A estas alturas de la vida millenial seguro que conoces Tinder, sí, esa app para tener citas con las personas que te gustan. Pues no tenía fe en la app hasta que… me demostró lo contrario.


En uno de esos mis días de ocio y aburrimiento total bajé Tinder a mi celular, total, “nomás para perder el tiempo”. Mi ocio se volvió diversión instantánea porque eso de darle like a los hombres que te gustan es lo más entretenido.
Lo mejor ocurre cuando el chico también te da like y hacen el “match” perfecto.


¿Qué sigue? ¿Salir o no con él? ¿Y si es un secuestrador?


¿Si es un maniático sexual? ¿Si es un traficante de órganos?


Y así tu lista de preguntas sigue acrecentándose y tú mueres de miedo por no saber qué tan bueno sería o no tener una cita con un hombre que si bien te gustó por fotografías no tienes ni idea de quién es.


¿Y si sólo es guapo en fotos? ¿Y si no se parece nada?


¿Y si no me gusta? ¿Y si no le gusto? ¿Y si  no nos la pasamos bien?


En medio de mis dudas dije, ¿por qué no?


Así que me arriesgué y hasta ahora he tenido 3 citas de lo más cotorras (la primera una cena deli, la segunda una buena plática con cervezas y la última una noche de pizzas y billar en el ambiente más hípster imaginable).


Con esto no te digo que pretenda encontrar al amor de mi vida en una app de citas pero sí pasar un buen rato para conocer personas que tienen intereses similares a los míos y que, además, me gustan.


Al igual que muchos, tenía la creencia de que Tinder era igual a sexo, y la verdad es que no necesariamente.


Algunas personas lo usarán para tener encuentros casuales, pero otros lo usamos para conocer a alguien que nos gusta y con el que podemos pasar un buen momento sin tener que llegar a tercera base.


Cada una de mis citas fue diferente y divertida, y he concluido que una app de citas equivale a una noche de bar en la que conoces a un chico y con el que empiezas a platicar, o un día en el gimnasio en el que el hombre que lleva rato haciéndote “ojitos” te pide tu whatsapp para invitarte a salir o la amiga que te presenta al amigo de un amigo en una reunión.


Es decir, la app de citas es sólo un medio más para conocer gente, algunas de tus experiencias serán buenas, otras no tanto, porque al final del día te estás dando la oportunidad de conocer personas y tras una cita podrás definir si te la pasas bien, si tienes química, si es una buena persona y si quisieras repetir la experiencia.


Algunos consejos que podrías aplicar para que el miedo no se apodere de ti:


Preguntar qué es lo que busca:

 

Cuando los 2 tienen claro qué quiere cada uno es mucho más sencillo y así no se presta a malos entendidos (por aquello de que uno se enamore y el otro ni intención tenga).


Quedar en un lugar que conozcas:

 

Evita que pase por ti, y queden en un lugar que conozcas bien, en una zona en la que te sientas cómoda y en donde haya gente para que te sientas tranquila y te marches si la cita no era lo que querías.


Relájate:

 

Deja el nervio y los cuestionamientos tales como: ¿de qué vamos a platicar?, ¿qué vamos a contarnos?, ¿cómo debo actuar? Sólo deja que todo fluya y disfruta tu cita.


Dile a quien más confianza le tengas en qué lugar estarás:

 

Porque siempre es bueno que sepan en dónde y con quién estás.

 

Se honesta:

 

Si tu cita no te gusta, si no te divertiste, si quieren cosas distintas y si no es lo que esperabas, no tienes por qué repetir la experiencia, pero déjaselo saber para que ya no te busque y no esté perdiendo su tiempo.


Y ahora sí, ¡sal a conocer nuevas personas!
 

Compartir en Facebook compartir en twitter, se abrirá en otra ventana Compartir en Pinterest Agregar a favoritos Enviar por correo electrónico