Todo cabe en una Highlander…

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Soy hija única,  y cuando era pequeña mi mamá tenía un coche pequeño porque no necesitaba más espacio, o al menos eso creía. Una vez a la semana le tocaba hacer el “viaje”, llevar a todos los niños de la colonia a la escuela. En una época en la que todavía era legal llevar a dos niños adelante y como 47 atrás era incómodo, pero no inconveniente. Sin embargo, me quedé con la idea de que toda mamá necesita el espacio de una camioneta.


En esa época estaban de moda los “mamamóviles”, las minivans en forma de huevo, la evolución de la combi. Una camioneta que cumple con las necesidades de las mamás activas, pero no es necesariamente lo que uno escogería si tuviera más opciones con el mismo espacio.


¿Por qué les estoy contando todo esto? Porque después de una semana de navegar en una Highlander descubrí que el espacio no está peleado con la estética. Es una camioneta que puede transportar a muchas personas cómodamente (a todo el equipo editorial de ActitudFEM, un camarógrafo, bolsas, mochilas y cámaras, por ejemplo) pero que es tan hermosa por dentro y por fuera que podría ser tu primera opción, incluso si no necesitas el espacio.

 

La Highlander de Toyota está diseñada para hacerte la vida más fácil. Es una camioneta ancha, así que tiene en los espejos laterales pequeños foquitos que prenden si tienes un coche en tu punto ciego. Esto es, sin duda, uno de los detalles más útiles para mi, que manejo poco en esta ciudad.

 

Claro que también tiene, como el resto de los carros equipados de Toyota, la cámara de reversa, GPS y la capacidad de conectarse con tu celular por bluetooth. Pero la nueva Highlander tiene también entrada USB para que puedas cargar tus equipos. Lo increíble es que, además, tiene en el tablero una repisa iluminada donde puedes colocar tu celular mientras se carga, el cable queda escondido y tus gadgets no se resbalan ni andan navegando por todo el tablero.

 

 

Como la Highlander es alta de noche se ilumina la orillita de la puerta para que los pasajeros puedan bajar sin tropezarse.

 

Por si fuera poco el tablero te dice lo que tu Highlander necesita. No prende un foquito, ni tienes que andar calculando cuándo fue la última vez que cambiaste el aceite. Si le falta algo, incluso líquido limpia parabrisas, te lo dice con texto.


El clima se controla por tres zonas, no dos como la mayoría de las camionetas de este tamaño. Tienes controles separados para la parte trasera, pero también para el asiento del conductor y del pasajero (algo que hubiera evitado algunas discusiones durante los viajes familiares en mi casa). Pero una de las curiosidades que tiene esta camioneta es que los asientos de enfrente también se calientan y se enfrían. Puede parecer una función especial para climas extremos, pero el día que estás cansada y te duele mucho la espalda puedes prender la calefacción de tu asiento, acomodarlo para que te haga presión en la espalda baja y disfrutar como si estuvieras en el spa mientras manejas en el tráfico.

 

 

Además es sorprendente la poca gasolina que gasta para el tamaño que tiene. Después de una semana de ir de centro a sur un par de veces, perdernos en Interlomas y pasear como si anduviéramos dando el “rol”, nos gastamos aproximadamente medio tanque.

 

Pero al final lo más importante es que es una de esas camionetas que puedes sacar a carretera con toda tu familia y sentirte segura. Fuerte y durable como todas las Toyota, te hace sentir como si en un percance tu familia resultaría la menos afectada. Si estás considerando comprar una camioneta nueva haz la prueba de manejo, abre el quemacocos gigantesco que tiene y enamórate de la Highlander como nosotras ya lo hicimos.

 

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