Vivir en época de tecnología

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Se nos acaba el año y con él llegan muchos términos. Entre ellos, el llamado apagón analógico. Se trata del fin de las transmisiones de televisión en formato analógico, para dar paso a las transmisiones en formato digital. En México, el 31 de diciembre de 2015 es la fecha establecida para el apagón definitivo, teniendo enormes implicaciones medio ambientales. . Este tipo de cambios merecen que nos detengamos a reflexionar sobre nuestra relación con la tecnología, más allá del disfrute de sus beneficios.


Como consecuencia del apagón analógico, se estima que alrededor de 40 millones de televisiones serán desechadas en el país y cuyo mal manejo podría generar  contaminación de suelo y daños a la salud de la población debido al plomo, arsénico, mercurio y otros elementos químicos  que contienen dichos aparatos.  Se han instalado 300 centros de acopio en varias partes del país pero aún queda mucha labor por hacer en difusión con la población sobre qué y cómo deshacerse de sus aparatos electrónicos.


Lo anterior es información relevante para que visualicemos el impacto de este cambio. Sin embargo, hay otra reflexión más amplia que hacer. ¿Qué tan integrada está la tecnología en nuestras vidas y qué tan responsables somos de ello?  Desde la computadora donde escribo estas palabras, el celular que tengo a un lado, el cable con el que lo cargo, el refrigerador que de vez en cuando hace ruido desde la cocina y muchas cosas más (muchos avances químicos podrían mencionarse también pero hoy no es el caso ) forman parte de mi vida cotidiana pero no tengo claro que hacer en caso de que ya no me sean necesarios o útiles. Mis deseos, compartidos con muchas personas,  de estrenar computadora, celular o incluso auto nuevo están claros. Pero me doy cuenta que en el panorama está solo la visión de la mejora, del disfrute de lo nuevo, más moderno, mejor e incluso de más status. Pero no de qué hacer con lo que se queda obsoleto.  Y eso es un gran problema para mí y para todos.


Los avances tecnológicos han traído maravillas a nuestras vidas: de placer, de comodidad, de contacto, de creación, de cumplir sueños que parecían inimaginables. Pero no podemos olvidar que todo cambio que haya en nuestro mundo,  toda acción, toda nueva dinámica o descubrimiento tendrá  impacto positivo, negativo o ambos. Todo ser humano pensará y sentirá algo, no importa lo que sea, eso siempre sucederá. Entonces, cualquier creación en nuestro mundo siempre tendrá implicaciones para todos y sobre ellos es necesario y humano tomar una postura, la que sea, menos la indiferencia.


Mi propuesta es, disfrutar y hacernos responsables. Es decir, integrar la tecnología a nuestras vidas si, pero hacernos responsables de generar el menor impacto ambiental posible (como en el caso del apagón analógico, informarnos y saber qué hacer), y el menor impacto social y emocional posible. La tecnología nunca sustituirá la magia de estar cerca de alguien, de conocerle al escucha su voz, ver sus ojos, sentir sus manos y darle un abrazo, jamás sustituirá la maravilla de compartir un sueño y luchar por el en conjunto. Jamás sustituirá al ser humano responsable de crear y sostener un mundo sano y digno para todos. Será un gran apoyo, será un gran reto, pero jamás un sustituto. Cuidemos no caer en el engaño de que lo es. Les deseo un cierre de año lleno de placer físico, mental y emocional, un corazón lleno de convicciones para construir un mejor mundo para todos, día con día.

 

@AnaPaulaBGtz
 

 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la ideología de actitudfem.com

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