Esto es lo que sentimos al andar en los treintas

¿Qué pasa el día que cumples 30? Nada. No te sientes diferente, el festejo es magnífico y hasta se te olvida que ya “cambiaste de piso”.

Los cambios son graduales, y la mayoría suceden antes de que llegue tu tan esperado cumpleaños. Sin embargo, hoy que cumplo 30 es un día para reflexionar, y me di cuenta de que son tantas las cosas que ya no son como cuando tenía “veintipoquitos”. Así se siente tener 30:

1. Estás sentada y de la nada te duele el brazo. En lugar de sacudirlo y seguir con tu vida te pasas 10 minutos esperando que no sea un infarto cardiaco. Sólo te dejas de preocupar cuando lo googleas y te das cuenta de que te duele el brazo equivocado.

2. Acordarte perfectamente de la letra de todas las canciones de las Spice Girls, pero no recordar que ibas a sacar de tu bolsa.

3. Vivir con la incertidumbre de si la cruda te va a durar un día o dos.

4. Ir al doctor cuando algo te duele en lugar de esperar a que se te quite con aspirina (por eso nos dicen achacosas).

5. Que tu mayor remordimiento después de una noche de antro, aparte de la cruda, sean los 10 tacos que te comiste a la salida.

6. Si ya vas a pararte del sillón para ver a tus amigos quieres platicar con ellos, no sentarte en el antro más ruidoso de la condesa a brincar como chapulín y pedir botella (a menos de que sea una ocasión especial… como hoy que saldremos de antro y nos arrepentiremos hasta el próximo martes).

7. Cuando te dicen que te pareces a tu mamá no te asustas, te da gusto porque ahora entiendes que tu mamá es la mejor persona que conoces.

8. Dejas de hacer cosas por compromiso y aprendes a decir “no, gracias” sin importar la razón. Si hoy me quiero quedar en la casa a ver Netflix en lugar de ir a tomar es motivo válido.

9. Cuando tienes veintipoquitos te estresa no tener plan en sábado, cuando tienes treinta rezas por un día del fin de semana en el que nadie te hable.

10. Se siente como que vale la pena pagar por comodidad. Prefieres subirte a un taxi que ir apretadísima en el metro si sales a hora pico.

11. Vuelves a ver las películas de Disney y te das cuenta de que los papás de las princesas tenían razón.

12. Te deja de importar a qué hora vas a salir de la casa, y te preocupas más por la hora a la que piensas regresar. Haces cuentas como: “Bueno, si me salgo del bar a las 12 llego a la casa a las 12:30. Si me duermo antes de la una son seis horas de sueño”.

13. Empiezas a comer verduras no para bajar de peso sino porque ayudan a prevenir el cáncer de colon.

14. Inviertes en cosas que te traerán beneficios a largo plazo. Mientras que antes te resistías a comprar cremas de 800 pesos porque con eso podías salir de fiesta 3 veces ahora te pueden más las arrugas que te van a salir si no te untas algo en la cara.

15. Se siente como que no puedes salir viernes y sábado ni de chiste.

16. Te sientes súper identificada con las universitarias de las películas y luego te das cuenta de que las actrices tienen 30 (y te da poquita felicidad).

17. Se siente como que prefieres no tomar en Cuernavaca y manejar de regreso a las 2 de la mañana que dormir en el sillón incómodo de tu amiga.

18. Como que ya no quieres comprar joyería barata en las tiendas de ropa porque te da penita el dedo verde.

19. Ponerte tacones es una decisión que requiere de mucha consideración. ¿Es realmente necesario? ¿Cuánto voy a caminar? ¿Quién me va a ver?

20. Y lo mejor de todo. Te ves al espejo y sabes que ya no tienes 20, pero te das cuenta de que te ves y te sientes mejor que nunca.