Si no la quiere joven, no la enamore

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Hasta ahora me acaba de caer el 20 que si algo me pone de malas, malísimas, es que te cuenten historias que no son ciertas.

 

Seguro me ha pasado muchas veces en la vida, pero hasta hace poco terminé de entender por qué me re enoja que los hombres te endulcen la oreja si no tienen intención de hacer lo que dicen.

 

Sí, la mentira está terrible y los mentirosos tienen un lugar especial en el infierno, pero es la sensación de incomodidad contigo misma que dejan la que más molesta.

 

Hace un par de años, allá por el tiempo en el que todavía creía que el gran amor de mi vida estaba a la vuelta de la esquina, me reencontré con un tipo que me había gustado hacía algunos años.

 

Empezamos dándonos likes en Facebook y dejando comentarios tontos en las fotos del otro… Un inbox por aquí, un poco de coqueteo, una invitación a cenar y a Caro ya se le asomaban las mariposas.

 

Cuando llegó por mi y lo volví a ver después de un par de años sentí el estómago encogido, así como cuando las mariposas empiezan su revolución. ¡Hacía tanto tiempo que no me gustaba alguien así!

 

Salimos y la plática era perfecta, tomábamos lo mismo, comíamos lo mismo, queríamos hacer las mismas cosas, su trabajo me fascinaba, el mío le encantaba, no dejábamos de hablar hasta la madrugada…. Y entonces empezaron los planes y las palabras que te hacen perder la cordura.

 

Jóvenes del mundo… si no tienen planes de quedarse, ¡no nos prometan un viaje a la Luna! No importa si en ese momento lo sienten y creen en el fondo de su ser que sí lo van a hacer, si ya se conocen y ya saben que no somos la indicada para ir con ustedes en su camino, ¡no nos lo digan!

 

Cuando empiezan a hacer planes con nosotras hasta la más fría se visualiza… y se la cree. Y creértela es el principio del barranco. No importa lo centrada y realista que sea una, a todas nos encanta la idea de vernos con esa persona en una playa virgen o conociendo a su mamá o llevando a sus sobrinos al cine o tomándose una foto en Berlín. Todas empezamos a ver la escena en nuestra cabeza y nos gusta.

 

Más si los planes vienen acompañados de frases como “eres la única con la que me gustaría hacer ese viaje”. Las frases con las que eleven nuestro ego a la máxima potencia regresan a golpearte cuando se van.

 

“Con nadie había platicado como contigo… Nadie me había escuchado así… Nadie entiende mi trabajo como tú… Eres la chica más inteligente con la que he estado… Eres guapísima, todos se te quedan viendo”.

 

¡Nosotras sabemos todo eso! Sabemos que somos hermosas, inteligentes, buenas personas, amables, sensibles y todos los adjetivos del mundo, pero cuando un tipo viene y te lo dice viéndote  a los ojos es como si te lo dijeran por primera vez. Y cuando se va es como si te lo arrebatara dejándote un vacío de adjetivos que tratas de llenar con frases automotivacionales como “maldito estúpido, qué bueno que se fue”.

 

Y la verdad es que sí… si él no era qué bueno que se fue, pero ¿a dónde se mudan todas esas frases y todos esos planes?

 

El tipo este, encima de todo, desapareció sin decir nada, literal aplicó el ghosting sin más y bueno, mejor… si yo no era tan maravillosa para él como decía pues adelante (frase automotivacional) pero se llevó la magia de pensar que el gran amor de mi vida estaba a la vuelta de la esquina, se fue llevándose la esperanza de que había un cuento de Disney también para mí, se fue quitándome la ilusión de que también a mi fuera a tocarme una historia de amor digna de escribirse.

 

No quiere decir que todo eso esté negado para mi porque él no fue… si no que así me sentí durante un buen rato después de su desaparición. No pasa nada, la vida sigue y los patanes seguirán llegando y yéndose, pero ¿qué necesidad de decir cosas y hacer planes que no van a cumplir?

 

Y esto es algo que nos enoja a todas… platicando con mis amigas entendimos que no es el hecho de que se vayan, sino las frases vacías que se quedan taladradas en nuestras cabezas cuando se van. Enoja muchísimo que te digan que eres la más bonita y se vayan con otra.

 

Enoja muchísimo que te echen un speech de que eres la mejor mujer que han conocido y luego desaparezcan… ¿quién en su sano juicio dejaría a la mejor mujer? ¡Nadie! Y entonces una empieza a darle vueltas y vueltas… ¿y si no soy tan buena?

 

Aunque sepamos que somos perfectas, maravillosas e increíbles… Sus frases vacías disparan directo contra nuestra autoestima, no importa qué tan fuerte y segura seas. Duelen.

 

Así que jóvenes ilustres del mundo… la invitación es muy simple. Si no la quiere o no planea quererla, no la enamore. Les juramos que podemos tener relaciones súper agradables y divertidas sin necesidad de hacer promesas y planes falsos. Si no lo piensan, ¡no lo digan!

 

Y por favor… ahórrense comentarios como “eres la más bonita del corral” si planean irse con otra. #SeamosSinceros #PorFavor

 

---Cuéntenme su opinión en Twitter: @Caro_Saracho

Si sientes que esta historia la has vivido miles de veces no dejes de leer el libro de Caro Saracho, "Mesa Para Una". Lo encuentras aquí

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