Lo que me hubiera gustado saber de las infecciones vaginales antes de que me pasara

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Había escuchado hablar de las infecciones vaginales, sobre todo por los comerciales que pasaban en la televisión, pero a mis 16 años nunca me había pasado. En prepa, una de mis amigas me contó que sentía comezón y creía que podía ser por una infección. En esos momentos no teníamos celulares con internet, así que no era tan sencillo consultar algo así. Honestamente, nos dio hasta pena hablar del tema y después de una discusión rápida en la que concluímos que probablemente lo que sentía sí era una infección, no volvimos a hablar del asunto.

 

Pasaron años antes de que me pasara a mí, y sin duda hay algunas cosas que me hubiera gustado saber desde antes, para que mi experiencia no fuera tan incómoda. 

 

Mi primer síntoma fue comezón, y al inicio se puede confundir con una incomodidad pasajera, pero esta comezón no se detiene, es constante e incomodísima, y es un síntoma inconfundible de las infecciones vaginales. 

Me hubiera gustado saber que la comezón rara vez es síntoma de algo más que una simple infección vaginal, porque así hubiera buscado tratamiento desde la primera señal de incomodidad, pero al principio busqué otras explicaciones, todas absurdas, como que tal vez los jeans que traía un día antes me habían irritado (como si no llevara años usándolos).

 

Después empecé a tener flujo constante y grumoso, de una consistencia que se puede sentir al caminar. Lo justifiqué en mi mente pensando que tal vez era normal, y que, al igual que mi menstruación que siempre había sido un poco impredecible, mi cuerpo se estaba ajustando. Me hubiera encantado saber en ese momento que la consistencia del flujo vaginal nunca debe ser grumosa, tal vez me hubiera ahorrado unos cuantos días de incomodidad. Primero se me ocurrió ponerme panti protectores antes de buscar tratamiento para las infecciones vaginales.

 

Cuando empecé a sentir ardor por fin decidí que era un problema que necesitaba solución médica. pero aún en ese momento me tardé días en pedir ayuda porque las infecciones vaginales son un tabú que no hemos logrado eliminar. 

 

Creo que lo que más me hubiera gustado saber en ese momento es que las infecciones vaginales son súper comunes, y que 3 de cada 4 mujeres padecen al menos una en su vida. Que no tienes que ser sexualmente activa para que te den, ni depende de cuántas parejas sexuales has tenido. Que te puede pasar en cualquier etapa de la vida y que se pueden resolver ridículamente fácil con tratamientos de venta libre que encuentras en farmacias. Si hubiera tenido la confianza de preguntar seguramente me hubiera enterado de que hay tratamientos duales que en una sola noche te quitan todos los síntomas, internos y externos, y que no hay razón para pasar días dándole vueltas al asunto. 

 

Por eso hoy quiero compartir mi historia, para que si llegaste aquí porque sientes comezón, ardor, o tienes un desecho blancuzco con textura como de queso cottage no lo pienses más. Visita a tu doctor o acude a la farmacia, ¡y resuelve este problema en un solo día! 


 

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