¿Tienes problemas para concentrarte al meditar? ¡Este tip te ayudará!

Almendras en la mano
Foto: iStock
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Esta semana me invitaron a un taller de meditación en el Project Meditation Studio de la Condesa. Aunque me llama mucho la atención la idea de meditar, siempre se me ha dificultado porque no logro, por más que lo intente, dejar de darle vueltas a los pendientes mientras estoy sentada respirando.

 

Llegué muy emocionada con la esperanza de que, al ser una meditación guiada, pudiera concentrarme mejor. Pero no fue nada más el ambiente hermoso y relajante, ni la intención que elegí para mi día lo que me ayudó a por fin sentir los efectos de la meditación, fue un tip súper simple que recibimos antes de iniciar la sesión: el cuerpo se relaja cuando mastica. 

 

 

Platicando con una nutrióloga justo antes de empezar nos comentó que masticar algo crujiente justo antes de iniciar la meditación ayuda a que el cuerpo se deshaga de estrés, y se pueda concentrar mejor.

 

Ella nos sugirió un snack ligero, que además de ayudar con esto de la relajación nos aportara algo de nutrición y que fuera completamente natural. Su sugerencia es un puñito de almendras.

 

Ese puñito de almendras te aporta 6 gramos de proteína, el 50% de la vitamina E recomendada para tu dieta diaria, 4 gramos de fibra, potasio y magnesio, así que te lo puedes comer sabiendo que le estás haciendo un bien a tu cuerpo físicamente antes de empezar tu trabajo mental o espiritual. 

 

Yo lo intenté antes de empezar la meditación y sí sentí que era más sencillo permanecer en el momento, sin pensar tanto en las juntas de la tarde ni los pendientes de mi casa. Cuando regresé a la oficina decidí investigar si había algo científico detrás de esto de masticar para relajarnos, ¡y resulta que sí! 

 

Encontré un estudio que asegura que masticar ayuda a reducir los niveles de cortisol y el estrés mental, algo que seguramente te permitirá empezar tu práctica de meditación más tranquila. 

 

Claro que es importante tomar en cuenta el consejo de la nutrióloga y controlar el tipo de alimento que ingerimos, así como las porciones. Pero ahora ya sé qué hacer para tener una práctica más productiva, ¡todo se resuelve con una almendra!

 
Foto: Redacción
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