¿Quién nos dijo que ser intensas era defecto?

Por qué ser intensa es insulto
Por qué ser intensa es insulto
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Hasta hace un año, odiaba la palabra intensa. Cuando el chico en turno la usaba para describirme, me sentía fatal, sentía que estaba fallando en mi misión de vivir la vida sin complicaciones y teniendo relaciones cool y buena onda.

 

Hasta que maduré.

 

Un buen día, mientras leía un mensaje del último susodicho al que le permití “ofenderme” con la palabra intensa, caí en la cuenta de que lo que muchos entienden (yo incluida) por intensidad es, en realidad, una serie de actitudes de una mujer que sabe lo que quiere y que no está dispuesta a conformarse con menos.

 

Habrá sus excepciones, claro… pero en general, una chica intensa es la que no tiene miedo de enojarse cuando algo no le gusta, una que conoce sus límites y no está dispuesta a que le pasen por encima, una que tiene el carácter necesario para decir lo que quiere de manera asertiva y por lo general, directa. ¡Todas debemos ser intensas!

 

La más intensa de mis amigas, hablando en términos generales con el uso de esta palabra, es una chica que cuando se propone algo lo logra hasta sus últimas consecuencias. Decidió empezar a correr y no paró hasta estar en maratones. Decidió empezar una clase de Power Jump y no paró hasta tener una certificación de que es la mejor en Power Jump. Decidió hacerme un regalo de cumpleaños, y organizó a 30 amigos para que todos me mandaran un letrero con el que formar una carta para felicitarme.

 

Yo quiero ser así de intensa.

 

Ahora, llevándolo al plano de las hermosas relaciones de pareja, pensemos en esa amiga a la que siempre dejan por ser demasiado “intensa”. ¿Qué hace mal? ¿Marcarle por teléfono? ¿Contestarle los mensajes? ¿Buscarlo cuando tiene ganas de verlo? ¿Salir con él cuando la invitan? ¿Estar disponible cuando quiere estarlo? ¡Eso no es ser intensa! Es ser auténtica contigo misma y con lo que quieres y, por lo tanto, auténtica con lo que esperas recibir del otro.

 

Y si el otro considera que eso es un nivel de intensidad con el que no puede vivir… No debería estar contigo.

 

Esta pequeña revelación cambió mi perspectiva hacia esta palabra. Ser una chica intensa es algo positivo, es equivalente a ser una persona que sabe lo que quiere y está dispuesta a hacer lo necesario para conseguirlo.

 

Hace poco, mi amiga a la que siempre dejan por intensa, conoció a un chico. Siendo fiel a su intensa personalidad, se ilusionó desde el tercer día, y para el 5o ya se mandaban mensajes todo el tiempo. Ella quiere eso en una relación… Quiere a una persona que le conteste el teléfono cuando ella le escriba, que le mande mensajes de buenos días y buenas noches, y que le pregunte cómo va su día. A cambio, ella va a amarlo con esa intensidad que la caracteriza. No debería conformarse con nada menos.

 

La historia no prosperó… pero ella está consciente de que si él la juzgaba de “intensa” con esa connotación negativa que aún tiene la palabra, entonces él no era para ella. Porque para la persona correcta, esa intensidad será únicamente una expresión de cariño.

 

A mis 31 estoy cómoda con mi intensidad, pero no fue un camino fácil. Me tomó muchas relaciones tormentosas darme cuenta de que lo que ellos calificaban de “intensidad” era en realidad una expresión auténtica de lo que quería en mi vida, y que el simple hecho de que otro lo considere algo negativo es el primer indicio de que no es la relación que debería tener.

 

Dejemos de rechazar nuestra intensidad y dejemos de sentirnos mal cuando alguien se aleja por ser demasiado “intensas”… Nuestra intensidad es una de nuestras mejores cualidades, porque así como la llevamos a nuestras relaciones interpersonales la llevamos a todo lo que hacemos, y es esa intensidad por la vida la que nos ha dado todo lo que tenemos.

 

Amemos nuestra intensidad… y el que tenga un concepto diferente de ella, tal vez no es el adecuado para disfrutarla, ¿no creen?

 

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