¿Qué son las terapias de conversión para "curar" la homosexualidad y cómo funcionan?

Desde 1990, la Organización Mundial de la Salud retiró la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Hasta este 2018, la misma organización retiró la transexualidad de la misma lista.

Sin embargo, en este mismo año sigue existiendo la creencia entre algunas personas de que la homosexualidad es una enfermedad y puede curarse. Por esta razón, existen todavía terapias que prometen curar a quienes se someten a las mismas.

Este mismo año, la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, señaló que este país prohibiría las terapias de conversión sexual, por ser una práctica prejuiciosa y discriminatoria.

La Organización de las Naciones Unidas anunció este año que emprendería una campaña contra las "terapias correctivas", las cuales representan una tortura para la comunidad LGBT.

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¿En qué consisten estas terapias?

Religión y medicamentos: En algunas ocasiones, estas terapias son realizadas por organizaciones religiosas, por lo que las terapias incluyen rezar oraciones y la ingesta de medicamentos. Por ejemplo, la ingesta de 75 miligramos de Ludomil al día y 20 miligramos de Dogmatil, dos medicamentos que son utilizados para tratar desórdenes neurológicos o psicológicos.

Terapia de aversión: Es una terapia que se utilizaba antes, que consistía en inyectar al paciente grandes cantidades de adrenalina y una vez que ésta le provocara un miedo extremo, proyectar entonces imágenes de contenido homoerótico para provocarle rechazo a las mismas. Al estilo de Naranja Mecánica.

Castración química: A pesar de que también es un método prohibido, se tiene registro del uso de inyecciones o la ingesta de medicamentos que disminuyan la producción de hormonas, disminuyendo de este modo la libido natural. Por ejemplo, la aplicación de inyecciones intramusculares de (hormona liberadora de hormonaluteinizante), usualmente empleada para tratar cáncer y padecimientos relacionados con el sistema reproductivo.

Pláticas y terapia: Instituciones y organizaciones religiosas son las principales promotoras de charlas. En ocasiones se realizan con el consentimiento de los asistentes, pero muchas veces son disfrazadas de terapias psicológicas o de autoayuda, cuando en realidad son ponencias de conversión sexual.

¿Quiénes recurren a estos métodos?

Lamentablemente, la mayoría de las ocasiones las personas que hacen uso de estos métodos no lo hacen por voluntad propia, sino porque son obligados y sometidos a hacerlo.

Sin embargo, sí existe un número de personas que acude por interés personal, pero impulsado por el rechazo familiar o social y la discriminación que todavía se vive hacia la comunidad LGBT.

A pesar de que la OMS rechace que la homosexualidad sea una enfermedad, y que la ONU esté contra este tipo de prácticas, todavía existen este tipo de "terapias" que en ocasiones pueden representar un grave riesgo para quienes acuden a las mismas, pues incluyen el uso de medicamentos prohibidos o incluso el uso de electroshocks.

Este video de Ruido en la Red detalla el modo en que enganchan, operan y dañan a quienes acuden a las llamadas terapias de conversión:

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