Fetichismo vs feminismo: Mi dilema al vender calzones usados en Internet

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A mar, a humedad, a limón rancio con sal, a cuerpo, a metal dependiendo el día. Unos calzones usados huelen a algo único, a un quién sabe qué que motiva a muchos a pagar miles de pesos.

 

Lo que para ti es algo obligado: quitarte tu ropa interior y lavarla, para otros es una valiosa oportunidad de vender y comprar bragas impregnadas con ese especial olor.

 

 

Antes de que te horrorices, hablemos de ceros

 

En la venta de ropa interior usada, puedes ganar hasta 2 mil pesos o más por calzón. Suena tentador, pero si apenas comienzas en el negocio de la venta de ropa interior usada por Internet, lo más probable es que no recibas más de $500 (pero puedes intentarlo).

 

Son varios factores los que determinan el costo de una pantie usada, Mandy Reyes, portavoz de Pantydeal, uno de los sitios web más grandes dedicados a la burusera (venta de bragas usadas), nos explicó que en primer lugar, depende de la vendedora, pues será ella quien fije el precio. 

 

Consultando grupos locales en Facebook, descubrimos que el valor de la prenda, también depende de los fluidos impregnados en la prenda. Hay compradores muy específicos, que buscan calzones marcados con flujo vaginal, con orina, sangre menstrual o materia fecal, sin embargo, en los sitios como el mencionado ese tipo de contenido se elimina automáticamente. 

 

Otros que prefieren comprar bragas que han sido utilizadas durante encuentros sexuales. El precio aumenta entre más te adecuas a las exigencias del cliente.

 

 

Con tantas reglas puede parecer un trabajo como cualquier otro y lo puede ser. Con todo y fechas de entrega, también con optimización de recursos, promoción en redes y en foros como Reddit.

 

La vendedora Miss_Lillyxxx, pseudónimo que usa en videos para promoverse, cuenta que pueden vivir de ello y que sí, es un trabajo como cualquier otro. 

 

"Para ser exitosa en el negocio de la venta de ropa interior usada se requiere trabajo duro, un producto de calidad y hacer que los clientes compren más. No quieres compradores ocasionales, quieres un comprador que regrese por más y más. Así que si tú les ofreces un producto de calidad van a regresar contigo y se van a quedar contigo.

 

 

En teoría, todos ganan

 

Hay quienes jamás en la vida se prenderían oliendo los calzones de una desconocida, es más, hasta pensarlo les causaría asco.

 

Sin embargo, las manifestaciones de la sexualidad son infinitas y el fetichismo es una de ellas.

 

El fetichismo consiste en excitarse con alguna parte específica del cuerpo o con un objeto. Así como hay personas que se excitan viendo pies, oliendo calcetines sucios, también hay quienes lo hacen con lencería usada.

 

Y no olvidemos la contraparte. Aunque a juzgar por los testimonios en Reddit la gran mayoría lo hace por el "dinero fácil", también hay quienes se exitan con la idea de que alguien se estimule con sus prendas. 

 

"No hay ni una sola de nuestras vendedoras que diga que no se excita con sus ventas. Está claro que cada uno de los agentes de la transacción disfruta de una manera diferente. En este caso las mujeres se excitan al tener conversaciones eróticas con los compradores, cuando se masturban con la prenda, o cuando tienen relaciones sexuales pensando en que otra persona se excitará cuando tenga esa prenda que ella lleva, o incluso por el simple hecho de gustar a otras personas", cuenta Mandy. 

 

En la burusera de Pantydeal, se comparte el fetiche, pero no hay un perfil de comprador, aunque Mandy detecta una tendencia: Se trata de los hombres de más de 30.

 

“Hombres maduros de más de 30 años son los que suelen hacer más compras y tratar la temática sin tapujos. Los compradores son personas que quieren llevar un paso más allá su sexualidad, ya que la gran mayoría han descubierto que esta práctica les gusta estando en una relación”.

 

 

 

Me siento cosificada, ¿o no? ¿o sí?

 

En tiempos en los que luchamos contra el acoso, denunciamos el abuso sexual, repudiamos la cosificación e hipersexualización de la mujer, parece que la compra-venta de panties queda en una extraña área gris.

 

En el proceso de compra-venta la identidad de las vendedoras está protegida. Cualquier foto que suban a la web será de forma anónima (a menos de que tú desees lo contrario), así que no hay forma en la que las contactacte un acosador fastidioso, ni tampoco que puedan llegarte las dick picks no pedidas.

 

Hasta este punto podríamos pensar que la venta de lencería usada es inofensiva, pero tiene un lado cuestionable: La cultura que rodea a la Burusera puede ser vista desde el machismo, pero también desde el feminismo.

 

Sí, es confuso, pero para despejar dudas, la psicóloga especialista en temas de género, Rosa María Ramírez explicó un punto clave:

 

“Por un lado, vender ropa interior usada puede promover la cosificación de la mujer, pues se trata de un objeto adaptado para satisfacer sexualmente a los hombres, sin embargo, la mujer está totalmente en su derecho de hacer lo que quiera con su cuerpo y con su sexualidad". 

 

Agrega que, aunque nadie sale dañado directamente, vender las panties usadas es un granito de arena para la cultura patriarcal y por ende para el machismo, así que una práctica inofensiva, inofensiva no es.

 

“Vale la pena cuestionarse qué tanto influye la venta de ropa interior usada, que directamente no daña a nadie, pero que está en una sociedad patriarcal donde la mujer es cosificada y es violada o es agredida de alguna forma”.

 

Hay mujeres que ganan independencia económica con esto, se empoderan, ejercen su sexualidad. Es un camino.

 

Y ahora que sabes todo esto, ¿te animarías a vender tu ropa interior usada por Internet? 

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