Las hermanas que sedujeron a soldados nazis y los llevaron a su muerte

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Cuando las hermanas Oversteegen eran pequeñas, compartían su modesto apartamento con los refugiados judíos que alojaban regularmente durante la Segunda Guerra Mundial.

Años más tarde se convertirían en parte clave de la resistencia, seduciendo y matando a los soldados que pertenecían al régimen Nazi.

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La infancia de las hermanas Oversteegen

Después de los padres de Freddie y Truus Oversteegen se divorciaran, las chicas fueron criadas por su madre, Trijntje, quien las educó como comunistas en lo que entonces era el pueblo de Schoten (ahora parte de Haarlem) en Holanda del Norte pocos años antes de que la guerra estallara.

Trijntje enseñó a las niñas la compasión y solidaridad, ayudando siempre a quienes más lo necesitaban e incluso fabricaron muñecos para niños afectados por la Guerra Civil Española.

Truus Oversteegen

Así, en mayo de 1940, cuando los nazis invadieron los Países Bajos, las hermanas Oversteegen repartieron panfletos oponiéndose a la ocupación y pegaron advertencias sobre carteles de propaganda que llamaban a los trabajadores en Alemania.

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Era un trabajo peligroso y, sumado a darle refugio a judíos expatriados, las vidas de Freddie y Truus, así como la de su madre, corrían peligro. Por ello, Trijntje se aseguró de que los refugiados fueran enviados lejos, temiendo que los descubrieran debido a las conocidas inclinaciones comunistas de su familia.

freddie Oversteegen

Pero, desafortunadamente, muchos de ellos fueron posteriormente deportados y asesinados, provocando una radicalización aún mayor en Freddie y Truus.

De tal forma, cuando el comandante Frans van der Wiel se dio cuenta de su inclinación, le preguntó a Trijntje si permitiría que sus hijas se unieran a un escuadrón de resistencia en 1941, aunque ninguna sabía qué estaba aceptando, ambas accedieron. Freddie tenía 14 años; Truus tenía 16 años.

El Consejo de Resistencia de Haarlem de las hermanas Oversteegen

Pronto, las adolescentes dejaron de repartir folletos para hacer algo mucho más peligroso: atraer a los nazis al bosque para asesinarlos.

Durante un tiempo, Freddie y Truus fueron las únicas dos mujeres en la rebelión de siete personas que llevaba el nombre de Consejo de Resistencia de Haarlem.

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Ahí, las dos aprendieron los conceptos básicos del sabotaje, aprendiendo trucos como instalar ferrocarriles y puentes con dinamita para cortar los caminos de circulación, además de aprender a disparar un arma y a burlar a los soldados nazis durante sus recorridos en que llevaban papeles y armas para la resistencia.

El dúo incluso incendió un almacén nazi sin ser detectadas, pero esta no sería su misión más peligrosa, pues posteriormente se les asignó la tarea de asesinar a los oficiales nazis y a sus colaboradores holandeses, después de que la mayor los sedujera uno por uno.

Tiempo después las hermanas Oversteegen hablaron de esta experiencia como “un mal necesario”, detallando que las ejecuciones nunca fueron algo que disfrutaran hacer, pues, por el contrario, eran situaciones que desafiaban su propia humanidad.

La única misión en la que se negaron a actuar fue un complot para secuestrar a los hijos del alto oficial nazi Arthur Seyss-Inquart, con la idea de que sus hijos pudieran ser intercambiados por radicales holandeses encarcelados, esto porque la edad de los niños era algo que las jóvenes no podían pasar por alto.

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La vida después de la guerra

Con la caída del régimen Nazi al finalizar la guerra, Freddie y Truus intentaron entrar en la vida civil, cada una a su manera.

Freddie se casó y tuvo hijos, lo que luego dijo que era su forma de lidiar con el trauma, mientras que Truus vertió sus emociones en obras de arte, convirtiéndose en escultora y escribiendo sus memorias.

Más tarde, las hermanas abrieron la Fundación Nacional Hannie Schaft en 1996, como homenaje a una de sus compañeras de la Resistencia de Haarlem y en 2014 el primer ministro Mark Rutte otorgó la Cruz de Guerra de Movilización por su servicio durante la guerra.

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Truus murió a los 92 años en 2016 y Freddie la siguió en 2018. No se sabe exactamente cuántos nazis mataron las hermanas Oversteegen, ya que ambas se mostraron reacias a discutirlo más adelante en la vida. Cuando se le preguntaba, Freddie respondía: "No se debe preguntar nada de eso a un soldado".

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