Ella es Aiko, la princesa que nunca se convertirá en emperatriz por las ideas machistas de Japón

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El 15 de mayo del 2001, Japón recibió una noticia que parecía ponerle fin a sus preocupaciones monárquicas. Tras 8 años de matrimonio y a solo unos meses de haber sufrido un aborto espontáneo, un nuevo bebé real venía en camino: la princesa Aiko de Japón

Por supuesto que en ese momento no se sabía aún el nombre que llevaría, pues la tradición nipona indica que deben pasar siete días de su nacimiento para ser nombrada y aunque sus padres, el emperador Naruhito y la emperatriz Masako, se apegaron a esta norma, no lo hicieron del todo, pues fueron ellos mismos quienes seleccionaron su nombre. 

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Igualmente recibió el título real de princesa Toshi, que significa "una persona que respeta a los otros". Sin embargo, el nombramiento de princesa heredera es uno que nunca podrá tener, pues pese a ser la única descendiente de la pareja imperial, su sexo hace ilegal cualquier futuro con ella como emperatriz. 

Quién es la princesa Aiko de Japón

Nacida en Tokio el 1 de diciembre de 2001, Aiko siempre ha mantenido una educación de princesa, asistiendo a escuelas como el prestigioso colegio Eton que ha destacado por albergar a pupilos como el duque de Cambridge y el duque de Sussex hace un par de años y actualmente en la Facultad de Letras de su país para estudiar Literatura Japonesa. 

Pero lejos de lo que la apariencia monárquica podría sugerir, su vida no ha sido exactamente libre de dolencias. En el año 2010, cuando tenía tan solo ocho años, faltó una semana al colegio debido a un episodio de ansiedad provocado, según la agencia de la casa imperial nipona, por el acoso escolar que sufrió de parte de compañeros de clase. 

Igualmente, en 2017 enfrentó otro episodio que incluyó un cuadro de fatiga y falsa de apetito, así como una disminución de la fuerza física, ocasionando una ausencia de cuatro semanas del colegio. Afortunadamente, en los últimos años, la princesa Aiko de Japón no ha vuelto a presentar síntomas. 

Por el momento, la joven de 19 años no tiene funciones institucionales asignadas, al encontrarse todavía estudiando, enfocando su tiempo en intereses como la lectura, la poesía, los animales, las flores, la pintura, la música y el deporte, así como la astrología, siendo una mujer talentosa, multidisciplinaria y extremadamente bien preparada. 

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Sin embargo, nada de esto ha acercado a la princesa al trono, pues la ley ha sido firme y en su lugar, será su primo quien ocupe el lugar de emperador al fallecer Naruhito, el actual mandatario, y su hermano: Akihito.

Por qué la princesa Aiko de Japón nunca será emperatriz

Previo al anuncio del segundo embarazo de la entonces princesa Masako, el país del sol naciente enfrentaba una pregunta constante: ¿Estará la monarquía japonesa por llegar a su fin? Esto, debido a que los varones en la familia real se limitaban al emperador Naruhito, su hermano y el príncipe Hitachi, quien ahora tiene 85 años.

Así, aunque el nacimiento de Aiko fue un caudal de alegría para sus padres, la tradición nipona parecía culparlos por no concebir un varón y así mantener la línea sucesoria. Tal crítica fue particularmente severa con Masako, quien a partir de esto padeció una severa depresión que llegó incluso a imposibilitarle acompañar a su marido en público durante años. 

Y es que en Japón, la Ley Sálica tiene vetado el acceso de las mujeres al Trono del Crisantemo, siendo los hombres los únicos con derecho al trono en la línea de sucesión. De hecho las princesas de la familia nipona pueden hasta ser despojadas de su título si contraen matrimonio con un plebeyo, como le ocurrió a su prima Ayako

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Resulta altamente difícil detectar de dónde proviene esta idiosincrasia arcaica y machista que ha condenado a la princesa Aiko de Japón y a muchas mujeres a nunca acceder al trono, pero el intenso respeto a la tradición de la aristocracia nipona ha dificultado cualquier posibilidad de reforma. 

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A lo largo de los casi 1,500 años de historia del imperio, sólo diez mujeres han ocupado el trono y han pasado más de dos siglos desde que la última emperatriz estuvo en el trono. 

Tras el nacimiento de la princesa Aiko de Japón, el entonces primer ministro Junichiro Koizumi consideró reformar la Ley de Sucesión al trono de Japón, pero la legislación fue congelada en 2006, con el nacimiento de su primo: Hisahito, quien es ahora el sucesor oficial del emperador actual. 

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La ciudadanía, por su parte, se ha mostrado en contra de esta disposición proveniente del gobierno conservador del primer ministro japonés Yoshihide Suga, partidario de la idea de que, para preservar el linaje del la familia imperial japonesa, la línea de sucesión debe ser exclusivamente masculina.

Así, pese a un Japón que está listo para recibir a una monarca mujer, el poder conservador mantiene firme su decisión, incluso si esta exclusión termina por extinguir del todo a la dinastía nipona.

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