Los amores secretos de Cantinflas y sus trágicos finales que mostraron el lado más oscuro del actor
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Hace más de 100 años, el 12 de agosto de 1911, nació uno de los más grandes íconos del cine mexicano: Mario Moreno Reyes. Pero contrario a los simpáticos personajes que interpretó en su carrera, el actor tenía un carácter bastante desagradable, como lo confirman quienes fueron las amantes de Cantinflas.
Pocas conocen los escándalos en torno a la vida de Cantinflas y la mayoría de estos fueron sobre sus relaciones extramaritales, siendo el más sonado de todos aquel que involucró un segundo matrimonio que habría mantenido escondido por más de 20 años.
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Quiénes fueron las amantes de Cantinflas
Su primera gran historia de amor fue una que duró casi toda la vida y comenzó incluso antes que el despegue de su carrera. Se trata de la bailarina rusa Valentina Ivanova, a quien conoció a principios de los años 30, en la Carpa Valentina, propiedad de sus padres.
“Valita”, como la llamaba afectuosamente el comediante, se casó con Moreno en 1934, cuando él tenía 23 años y ella 19. Pero el éxito posterior de su esposo vino con un sinfín de rumores sobre supuestas relaciones extramaritales de parte de este.
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Ivanova siempre los ignoró, incluyendo aquel que lo relacionaba con Miroslava Stern, a quien conoció en 1947 durante el rodaje de la película ‘A volar, joven’. Aunque este romance nunca se confirmó, hubo quienes señalaron el supuesto desinterés de Cantinflas como la supuesta causa por la cual la actriz decidió quitarse la vida.
La relación que hizo padre a Cantinflas
De quienes fueron las amantes de Cantinflas (o las supuestas amantes), el caso de Marion Roberts fue uno de los más sonados por el misterio que lo envolvía y las consecuencias que tuvo en la vida del actor.
Y es que esta relación hizo padre al histrión, pues adoptó al bebé recién nacido de Marion en 1960 y lo crió junto con su esposa bajo el nombre de Mario Arturo Moreno Ivanova. Si bien nunca se confirmó que él fuera su padre biológico, los rumores de una relación extramarital no faltaron,
Otros, por su parte, aseguraban que más bien había pagado 10 mil dólares por el bebé de la turista estadounidense, quien llegó a la Ciudad de México en 1959 y se quedó varada sin dinero en un hotel después de que sus amigos la abandonaron.
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De acuerdo con algunos medios, al enterarse de esto, un trabajador del hotel llamó al actor por su fama de caritativo y este se ofreció a saldar la deuda. Si su relación continuó o no después de ello se desconoce, pero cuando el mundo se enteró de su suicidio en 1961, muchos señalaron el rechazo del actor y la pérdida de su niño como posibles causas.
La historia de quienes fueron las amantes de Cantinflas no termina aquí
Mario y “Valita” permanecieron juntos hasta la muerte de ésta, en 1966, víctima de cáncer de huesos y años después, el comediante tuvo un romance con otra rubia, la actriz española Irán Eory.
La dupla de actores se conoció en 1962 durante la filmación de ‘Por mis pistolas’ y aunque muchos los relacionaron inmediatamente, no fue hasta años después del fallecimiento de Ivanova que confirmaron su noviazgo.
A pesar de que Mario había decidido darse una nueva oportunidad en el amor, la relación se volvió destructiva debido a los celos de Mario Arturo hacia la nueva pareja de su padre. Irán decidió seguir adelante con su carrera y acabó con el amorío.
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Pero de quienes fueron las amantes de Cantinflas, sería el último el más escandaloso de todos sus amoríos.
La segunda esposa de Cantinflas
En 1989, México conoció por primera vez el nombre de Joyce Jett, pero lo hizo a lo grande, pues la estadounidense aseguraba que llevaba más de 20 años casada con Mario Moreno, a quien demandó en un juzgado de Houston, Texas para solicitar el divorcio.
Además, Jett exigía una indemnización de 26 millones de dólares por maltrato físico y psicológico.
Los abogados de Moreno alegaron que todo era una invención fraudulenta para chantajearlo y él mismo lo desmintió en una entrevista para Televisa en 1992: “Parece que yo tenía una esposa tan secreta que ni yo lo sabía…”.
Sin embargo, en el juicio se presentaron pruebas, como cuentas bancarias conjuntas y testimonios de personas allegadas, demostrando que, si bien no había contrato matrimonial, la relación sí había existido desde hacía 20 años.
Ante estos hechos, Cantinflas aceptó un acuerdo económico y aunque sus términos nunca trascendieron, hubo medios que aseguraron se trataba de una cifra de cinco millones de dólares más sus propiedades en Estados Unidos.
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Pero todos los escándalos de quienes fueron las amantes de Cantinflas, los cuales incluían suicidios, una adopción a modo, violencia e incluso un matrimonio secreto, no mancharon la imagen de Moreno a quien el público continuó admirando hasta su muerte en 1933 e incluso tras esta.
No obstante, estos sí parecieron tener un efecto en el actor, pues sus últimos años los pasó encerrado en una obsesión casi enfermiza por preservar su intimidad, mucho más distintante y aislado del mundo que nunca.