'El asesinato de Sharon Tate': Hilary Duff y el terror son la peor combinación jamás vista

Hace unos meses se estrenó Érase una vez en Hollywood, una cinta ubicada en el Hollywood de 1969 justo al tiempo en que Charles Manson y su familia planeaban los asesinatos de Sharon Tate y sus amigos en Cielo Drive.

En esta historia Quentin Tarantino se dio el lujo de jugar con los universos alternos, dando un final menos trágico a los protagonistas y jugando con la siempre atractiva fantasía de 'lo que pudo ser'.

Con esa misma fantasía juega El asesinato de Sharon Tate (The Haunting of Sharon Tate), película dirigida por Daniel Farrands; aunque de una forma totalmente equivocada de principio a fin.

La trama comienza con Sharon Tate (Hilary Duff) en una entrevista en 1968 en la que le cuenta a una reportera que tuvo una pesadilla en la que ella y su amigo Jay Sebring mueren asesinados por un culto satánico.

Un año después (y con un embarazo de 8 meses) Sharon regresa a su casa de Cielo Drive, donde inmediatamente empieza a tener sueños premonitorios sobre el destino que correrán ella y todos los que habitan en esa casa.

El asesinato de Sharon Tate intenta convertir al género de terror un hecho real que en sí mismo era atemorizante y el resultado es catastrófico.

¿Por qué? Porque en vez de adentrarse en los hechos y en lo terrible del crimen efectuado por la familia Manson, se aleja de ellos y llena la historia de clichés del cine de miedo:

Rostros que se aparecen en la ventana, pesadillas que se repiten una y otra vez, tinas que se llenan con sangre en vez de agua, ruidos estruendosos sin motivo, aparatos que se encienden solos, etcétera.

Sumado a eso los personajes son totalmente planos. Daniel Farrands no se preocupa de darles rasgos distintivos ni por explorar la relación que hay entre ellos. 

Pero lo peor no son ni las malas actuaciones, ni los sonidos estridentes, ni los recursos más empleados.

Lo peor es que la cinta de cierta forma revictimiza a quienes murieron en los asesinatos Tate-LaBianca. Porque en su narrativa plantea que ellos pudieron hacer algo para defenderse, que pudieorn ser más valientes... y no lo fueron.

No creo que haya historias que no merezcan ser contadas, el problema  con la historia de El asesinato de Sharon Tate es que no parece importarle en lo más mínimo la actriz, ni los hechos, ni su relevancia. 

Parece más que el director solo las utiliza de pretexto para crear una película de terror y ni siquiera una buena. 

El asesinato de Sharon Tate se estrena este viernes 29 de noviembre en cines.