'Bohemian Rhapsody': un débil y prescindible tributo a Freddie Mercury

'Bohemian Rhapsody': un débil y prescindible tributo a Freddie Mercury
Foto: Bohemian Rhapsody
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Un personaje tan cautivador como controvertido merecía una película que hiciera justicia de su vida. Lamentablemente, Bohemian Rhapsody es una película que no logra retratar a Freddie Mercury en su totalidad y que se censura a sí misma sin mostrarnos al personaje del que habla.

 

Freddie Mercury se ajusta un brazalete con estoperoles en el brazo derecho, luce nervioso. Al fondo, el estadio de Wembley, en Inglaterra, luce rebosante. Miles de personas llenan los confines del recinto: esperan ver tocar a Queen. 

 

Así inicia Bohemian Rhapsody, la olvidable cinta biográfica de Freddie Mercury, dirigida por Bryan Singer (hasta antes de que fuera despedido por Fox en diciembre del año pasado), y terminada por Dexter Fletcher. 

 

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La película abre en el concierto Live Aid en 1985 que significó la resurrección de Mercury y la gloriosa reaparición de Queen. Después de esa secuencia, la cinta nos envía a un flashback que inicia en 1970 para contarnos los inicios de Freddie Mercury y Queen, con todos y cada uno de los lugares comunes y e ingredientes de la receta del biopic tradicional.

 

En otra escena, Queen presenta el himno que da nombre a la cinta: Bohemian Rhapsody, ante un empresario discográfico que alza las cejas ante la pieza porque dura seis minutos.

 

El representante de la compañía discográfica EMI los rechaza con este argumento: "Las fórmulas nos funcionan", dice. "Serás recordado como el hombre que dejó ir a Queen", sentencia Mercury antes de marcharse con su banda. Esas frases terminan por ser el vaticinio de la película: una fórmula llena de clichés a la que se le escapa el alma de Queen.  

 

 

Y es que todos los rumores que corrían sobre la película eran ciertos: Bohemian Rhapsody evade aspectos esenciales de la vida de Mercury con el propósito de matizar los claroscuros inherentes al músico. Es ahí donde la película pierde su oportunidad de ser recordada, pierde por no tomar el riesgo de mostrar al personaje en su complejidad. 

 

En la cinta, la sexualidad del intérprete es vista desde un ángulo muy estrecho, tan reducido como las tretas argumentales con que resuelve la composición de las canciones más emblemáticas de Queen, su ascenso a la fama, su caída y la redención del ídolo. 

 

 

La cinta no cuenta con mayores aciertos que la elección del reparto, especialmente Rami Malek en el papel principal. El intérprete de Mr. Robot hace un trabajo tan destacable que por momentos dibuja destellos de genialidad en la cinta, mismos que son ensombrecidos por un guión y montaje artificiosos.

 

Bohemian Rhapsody es tan cursi y poco arriesgada que podría ser prescindible, si no fuera por esos 20 minutos finales donde volvemos a Wembley, a Queen en Live Aid, y a Malek haciendo un esfuerzo sobrehumano por mantener el barco a flote.

 

Aclaración:
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