'Cuando Harry encontró a Sally' es la mejor comedia romántica de la historia, esta es la razón

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¿Cuál es la mejor comedia romántica de la historia? En esta columna vamos a explorar esta pregunta, y otras que surgen de un género cinematográfico que ha sido descalificado por ser ‘de mujeres’. Esta es la primera entrega, bienvenidas.

Si las comedias románticas tuvieron un boom de popularidad en los años 90 y hasta ahora, tenemos una mujer a la cual agradecerle, y a la película que escribió sobre una pareja de enemigos que se convierten en amigos y finalmente logran llegar a… al punto donde siempre llegan las comedias románticas: el final feliz.

El año era 1989, la mujer Nora Ephron y la pequeña película que llevó a este género (y a su protagonista) al estrellato: Cuando Harry encontró a Sally (When Harry Met Sally).

Protagonizada por una entonces desconocida Meg Ryan y un algo famoso Billy Crystal, la película sigue la relación de Harry y Sally y va más o menos así:

Se conocen en 1977, ambos recién salidos de la universidad, con 21 años. Él es novio de una amiga de ella, y van a manejar juntos hacia la ciudad de Nueva York, 18 horas de trayecto. En el camino comparten sus visiones sobre el futuro que le espera a cada uno y sobre una cuestión particular: ¿pueden los hombres y las mujeres heterosexuales ser solo amigos? Ella cree que sí, él que no.

Cinco años después, se cruzan en un vuelo y vuelven a conversar. Con 26 años, ambos son más maduros, pero siguen viendo el mundo de modos opuestos. La conversación no va más allá, él es un cínico simpático y ella es una neurótica optimista, no logran hacer click.

Pasan otros cinco años, y se cruzan en una librería. Ahora todo ha cambiado. Ambos, a sus 31 años, acaban de salir de largas relaciones y están desencantados con la idea de volver a tener citas. Lo que necesitan es un amigo y lo encuentran en el otro. 

El grueso de la película ocurre en este período, el de amistad. Los vemos construir una importante intimidad emocional en la que el sexo no tiene relevancia. A diferencia de tantas películas, y de la lógica de las historias, aquí no hay grandes temas que solucionar. Vemos a dos amigos hablando y cómo se construye esa amistad.

La razón por la cual la película resulta afectar tanto (al menos yo lloro cada vez que la veo y tengo varias conocidas que también) tiene que ver con el modo en el que el guión se realizó. Nora Ephron, que antes de ser guionista fue periodista, entrevistó a amistades, parejas, personas en el set y al director de la película, Rob Reiner.

Esto quiere decir que los personajes se sienten reales, sus diálogos -aunque inteligentes y graciosos- se sienten como algo que podrían decir mis amigos, no como un actor diciendo las líneas de un guionista.

Hay una escena en la que Harry y Sally ven películas juntos por la noche, cada uno en su casa, hablando por teléfono (cita ideal de cuarentena, por cierto). Esta idea salió de la vida real: el director y el protagonista (Reiner y Crystal), hacían esto mientras graban la cinta y esto se incorporó al guión.

Harry y Sally hablan de todo, incluyendo su vida sexual con otras personas, porque son amigos y se hablan sin escrúpulos ni miedos de cómo los interprete el otro. Esto lleva a una de las escenas más icónicas, no solo de esta cinta, sino de la historia del cine. Harry está seguro de que todas las mujeres con las que se ha acostado han tenido orgasmos y Sally le demuestra, en medio de un restaurante, que se puede fingir y muy bien en cualquier lugar.

Cada vez que se cambia de época en la película -y desde la apertura-, una pareja de ancianos cuenta cómo se conocieron. Aunque los que lo dicen son actores, las historias son reales, graciosas y conmovedoras. Estos testimonios le dan una sensación de universalidad, estamos viendo la historia de Harry y Sally, pero también cualquier historia de amor.

Tanto Harry como Sally tienen un mejor amigo (la maravillosa Carrie Fisher y Bruno Kirby), que obtienen su propia historia de amor, y demuestran lo que sucede cuando tomas lo que quieres al momento, en vez de dejar pasar 12 años.

Cuando Harry encontró a Sally es una comedia romántica, pero no es una fantasía. O sí lo es, pero una realista. La historia le podría pasar a cualquiera (no solo la de Harry y Sally, las demás historias de amor que ocurren). 

La película es también una historia de amor a la ciudad de Nueva York, con espectaculares vistas de la gran manzana como fondo para las conversaciones de Harry y Sally. Ellos parecen no darse cuenta de la belleza que los rodea, así como no parecen darse cuenta del amor que está creciendo entre ellos.

El excelente guión fue nominado a un Oscar, y Ephron se convirtió en LA guionista de comedias románticas por excelencia, volviendo a trabajar con Meg Ryan en dos cintas más: Sinfonía de amor y Tienes un e-mail (ambas co-protagonizadas por Tom Hanks, quien rechazó participar en esta cinta por considerarla ‘muy ligera’).

Al final, la película no asegura que las mujeres y los hombres no puedan ser amigos. Pero sí deja claro que para tener un gran amor, hay que ser amigos, como lo demuestra Harry con gran declaración: 

“Amo cuando tienes frío estando a 21º, amo cuando tardas una hora para pedir un bocadillo, adoro la arruga que se te forma aquí cuando me miras como si estuviera loco, amo cuando después de pasar el día contigo mi ropa huele a tu perfume y quiero que seas tú la última persona con la que hable antes de dormirme por las noches. Y eso no es porque esté solo ni tampoco porque sea nochevieja. He venido aquí esta noche porque cuando te das cuenta de que quieres pasar el resto de tu vida con alguien, deseas que el resto de tu vida empiece lo antes posible.”

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