Consejos para la etapa de lactancia

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Durante el embarazo, no decidimos cómo ni cuándo se hacen las manitas o el corazón de nuestro bebé, dejamos que el cuerpo haga lo “que sabe hacer”. Entonces, ¿por qué cuando nace el bebé creemos que el cuerpo no sabe qué hacer? La lactancia materna es la forma natural y fisiológica de alimentar a los bebés. Las fórmulas lácteas comerciales están hechas de leche de vaca o de soya y aunque lo intentan continuamente, no tienen las bondades que la leche materna ofrece para el bebé y para la madre.


Con muy raras excepciones, la mayoría de las mujeres producen más que suficiente leche para sus bebés, el problema es que muchas veces no saben cómo tener una lactancia satisfactoria o desafortunadamente, consejos de otras personas, los ¨modos¨ de los hospitales o incluso a veces sus médicos, las llevan por el camino inadecuado. A continuación les presento algunos consejos para acercar a las madres a una lactancia más exitosa:


1. El primer paso es QUERER hacerlo. La voluntad de darle leche materna a tu bebé es la primera gran clave del éxito.


2. La prontitud con que se “pegue” el bebé al pecho. Los estudios muestran que el que la madre y el bebé estén piel con piel inmediatamente después de nacer o en las primeras horas, aumentan el porcentaje de éxito significativamente, además de que con el calor que irradia la madre, no es necesario poner a los bebés en cunas térmicas o incubadoras. Es esencial contar con un conocimiento previo de cómo tener un buen agarre o “latch” al pecho, así como de las posiciones que pueden tomar tanto bebé como mama para sentirse más cómodos en el proceso.


3. Alojamiento conjunto: actualmente la mayoría de los hospitales permite, si la madre lo solicita, que el bebé y la madre duerman 24 horas juntos durante su estancia hospitalaria, a lo que se le llama Alojamiento conjunto. Los hospitales usualmente no “ofrecen” este servicio, uno como paciente lo debe solicitar. Uno de los motivos por lo que las pacientes no quieren realizarlo es que refieren que quieren “descansar” estos primeros días, pero no se dan cuenta que puede traerles consecuencias con que “baje” su leche: los bebés deben comer a “libre demanda”, esto quiere decir “el tiempo que requieran a los intervalos que quieran”.

 

Esto resulta muy complicado de llevar a cabo en los cuneros, donde las enfermeras deben cuidar a más de un bebé simultáneamente, y donde, por orden y seguridad, alimentan a los bebés con horario. Además, debemos mencionar que no existen evidencias de que las madres que duermen separadas de sus bebés descansan más, sino por lo contrario, los estudios muestran mayor relajación al convivir e ir conociendo desde un inicio a sus bebés.

 

Las madres y sus bebés aprenden a dormir en sincronía: las madres se despiertan cuando están en sueño ligero junto con el hambre de sus bebés, en vez de tener que despertar de sueño profundo y salir de su habitación para llegar hasta el cunero. Otro punto a considerar es la logística de que el hospital no avisará a las madres cuando los bebés empiecen a mostrar signos tempranos de hambre, sino que esperarán a que los bebés lloren para llamarlas, lo cual tiene consecuencias tanto para la lactancia exitosa como para el bebé y la madre, ya que el bebé llega desesperado a comer, traga más aire lo cual genera más cólico, tiene menos paciencia para que “baje” la leche, succiona con más fuerza, aumentando el riesgo de que sea doloroso para la madre y que no exista un “agarre” o latch correcto del pezón.


4. Evita dar biberones a los bebés las primeras 6 semanas. El bebé se acostumbrará a que la leche le fluya a la boca y que no tenga que “trabajar” para obtenerla.


5. Evita los horarios. Antes se creía que se debían establecer horarios de 15 minutos de cada lado cada 3 horas. Hoy esto es completamente obsoleto. Se ha comprobado que esto puede llevar no solo a que no se produzca suficiente leche, sino que también haya riesgo de desnutrición en el bebé, ya que hay bebés que tardan hasta 50 minutos o una hora en comer, y existen también períodos de crecimiento acelerado donde los bebés quieren y deben comer a intervalos muy cortos.

 

La producción de leche se irá ajustando a las necesidades del bebé. También en cada pecho en cada toma, existe leche ligera y muy acuosa que sale en un principio, la cual “sacia” la sed, y la leche secundaria, la cual es más rica en grasa. Para obtener esta leche más “Nutritiva” o secundaria, es necesario dejar que el bebé vacíe por completo uno de los pechos, aunque prácticamente ya no acepte en ocasiones el Segundo pecho.

 

 


6. No complementes con formula, tés o agua con azúcar. Esto solo llenará al bebé, el bebé no obtendrá las calorías y nutrición adecuada y correrá el riesgo de desnutrirse. También esto le da la idea al cuerpo de que no necesita producir más leche y la cantidad se vuelve insuficiente.

 

Recuerda que los bebés pueden perder hasta el 10% de su peso al nacer durante la primera semana, por lo que no debes preocuparte, tus “gotitas” de calostro son suficientes para tu bebé, de esta manera se mantiene con ganas de succionar, y la succión hará que baje tu leche más rápidamente. Si llenas a tu bebé con fórmula, estará cansado y sin ganas de succionar, por lo que será más complicado ponerlo al pecho y tu leche tardará más en bajar… esto te envuelve en un círculo vicioso.


7. Pide ayuda para verificar que el bebé este bien agarrado al pecho. El dar pecho NO DUELE, siempre y cuando se tenga un buen agarre del pezón, siguiendo las características específicas: la boca bien abierta, el labio inferior hacia afuera, cubriendo la mayor parte de la areola, no del pezón, movimiento sincrónico y sin aire. Esto además de evitar el dolor, hace que el bebé reciba suficiente leche y previene las grietas en los pezones. No esperes a que el bebé llore para alimentarlo, busca sus signos tempranos de hambre.


8. Si por alguna razón médica, no puedes iniciar la lactancia inmediatamente, pide ayuda, se puede restablecer la lactancia.


9. Establece metas a corto plazo. Día con día, se hará más fácil lactar a tu bebé. Ten paciencia.


10. ¡Disfrútalo! Confía en tu habilidad natural de ser madre y ten paciencia, pronto gozarás de los placeres de ser tú, quien sigue proveyendo alimentación, defensas, cuidado y amor a tu bebé.

 

 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la ideología de actitudfem.com

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