Cómo inyectarte sin ayuda

A nadie le gusta hablar de enfermedades e inyecciones, sin embargo, es algo que debemos saber por si algún día lo llegamos a necesitar. Esto es lo que debes saber para inyectarte a ti misma.

Elige la aguja correcta

Asegúrate de tener el tipo correcto de jeringa y de tener un espacio mayor a la cantidad que vas a administrar. También revisa que el instrumento esté sellado y en buenas condiciones. ¡Jamás uses una aguja dañada!

Limpieza 

Debes limpiar tu brazo (o la parte del cuerpo que elijas) con alcohol, pero también la parte superior del bote que contiene la sustancia. Déjalo secar por varios minutos.

Llena la jeringa

Inserta la jeringa en la parte de en medio del vial, revisa que no tenga aire y ponla de cabeza para extraer la medicina. Siempre toma un poco más de lo que necesitas para que puedas regresar un poco al bote si la jeringa se llenó de aire.

En el brazo

Esta inyección es subcutánea, por lo que las agujas son más delgadas y no llegan al músculo. Las personas que siguen un tratamiento contra la alergia o los diabéticos usan esta técnica.

Toma la jeringa e insértala en un ángulo de 90 grados. Métela lo más rápido que puedas, oprímela, espera un par de segundos y sácala rápidamente.

En el glúteo

La inyección intramuscular duele un poco más y se usan jeringas más grandes, pero puedes realizarla frente al espejo o simplemente girando tu torso. Intenta clavar la jeringa en la sección externa de la nalga y sigue el mismo procedimiento que en el brazo.

Ojalá que nunca lo necesites, pero es mejor saberlo.

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