En México hay 'escuelas del futuro' y sus alumnos están listos para cambiar el mundo

En México hay 'escuelas del futuro' y sus alumnos quieren cambiar el mundo
Foto:*Apple
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El concepto de escuelas con tecnología se reducía —hasta hace no mucho— a utilizar proyectores en el salón, WiFi en todo el colegio y de vez en cuando sacar iPads y laptops para alguna materia.

 

Internet no era una fuente confiable y los dispositivos eran considerados distractores.

 

Poco a poco, colegios, profesores, alumnos y papás en todo el mundo están entendiendo que la tecnología no es el enemigo, pero tampoco una fórmula mágica para formar estudiantes modelo.

 

IMAGEN: iStock

 

 

En México, hay un resago dramático: apenas 33% de las primarias y 48% de las secuendaria en el país son escuelas con conectividad.

 

Esto de acuerdo con datos de 2016, del Centro de Análisis de Políticas Públicas México Evalúa.

 

Aún así, en México hay colegios, en su mayoría privados que se han convertido en "escuelas del futuro", esas que van más avanzadas en nuevos métodos de formación ni siquiera creen que la tecnología sea una herramienta por sí misma. 

 

Es decir, no es un gadget y ya, no es acceso internet y ya, no son PDFs para leer, no es sustituir los cuadernos por iPads.

 

Se trata de colegios que entendieron que el profesor no es un instructor sabio y perfecto que está ahí para compartir conocimiento con sus estudiantes, sino que debe ser una guía que los encamine a investigar, crear, resolver.

 

 

IMAGEN: iStock

 

 

Formando chicas superpoderosas

 

El Centro Escolar del Lago, en Estado de México, es uno de esos ejemplos.

 

Hace 15 años detectaron que sus egresados corrían el riesgo de resagarse al llegar a la universidad.

 

Desde hace más de una década reformaron su sistema educativo para incluir tecnología, específicamente a través de la programación.

 

"Finalmente programar se traduce en la resolución de problemas. Estamos enfocados en que los alumnos cambien su visión, y hemos hecho énfasis en el desarrollo de aplicaciones móviles", explicó Alfredo Mora, profesor del Centro Escolar del Lago y acreditado como Apple Distinguished Educator.

 

De los 6 a los 18 años, sus estudiantes están aprendiendo código, pero más importante que eso, están resolviendo problemas.

 

¿El resultado?

 

En colaboración con autoridades del municipio, y con solo 9 años de edad, estas niñas desarrollaron una app para avisar que hay una fuga y así evitar el desperdicio del agua.

 

IMAGEN: Cortesía Centro Escolar del Lago

 

 

Ciudadanos digitales del mañana

 

Adriana Jiménez, Apple Teacher y profesora del Colegio Washington en Querétaro, trabaja con lo más pequeños del jardín de niños.

 

Niños de entre tres y cuatro años están aprendiendo que el iPad sirve para mucho más que jugar.

 

"Estamos encaminando a los niños para dar un uso ético, educativo y más correcto de los dispositivos. Las profesoras somos guías y ellos creadores de proyectos", explicó Adriana.

 

En el jardín de niños del Colegio Washington trabajan durante todo un año en su proyecto de final de curso: un libro electrónico hecho por ellos, con todo lo aprendido en clases.

 

Graban a sus compañeros haciendo recetas, pero antes deben pedirles permiso porque no es correcto simplemente capturar y publicar contenido sin autorización de quienes aparecen.

 

Narran historias con voz y animaciones hechas por ellos en las que explican el aseo adecuado de dientes y entienden que son capaces de crear, más allá de consumir tecnología.

 

 

IMAGEN: Cortesía Colegio Washington en Querétaro

 

 

Los cambios

 

Carlos Suárez, Apple Distinguished Educator y profesor del Latin American School en Monterrey, dejó su trabajo como profesor de ingeniería en una universidad para preparar a las generaciones más jóvenes.

 

Detectó que los estudiantes no llegaban tan preparados a la universidad y volvió a lo básico. 

 

Ahora implementa todo un cambio de paradigma en su colegio. Profesores, alumnos y los papás de los alumnos están aprendiendo a aprender diferente.

 

"La tecnología debe ser una herramienta, pero sirve para para desarrollar pensamiento crítico, curiosidad, instinto para investigar, lógica, independencia", explicó.

 

El esquema del colegio ahora está basado en el prendizaje basada en retos.

 

Sin importar la materia, los estudiantes tiene proyectos, deben crear, investigar si su idea es viable y qué tan viable es para finalmente ejecutarlo.

 

Se trabaja en equipo, se desarrollan proyectos, se resuelven problemas, cada quien ocupado de lo suyo, sin bloques de materias, sin calificaciones pero con resultado: exacto, como la vida real, como en cualquier empleo.

 

IMAGEN: Actitudfem / Ivonne Barrios

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