Que tus hijos digan 'malas palabras' no es malo, ¡lo dice la ciencia!

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De vez en cuando a todos los padres se les escapa una palabrota y creen que está mal. Olvida que maldecir y decir “groserías” no es bueno para tus hijos, la ciencia está de tu lado.

 

El autor de “Swearing is Good for You: The Amazing Science of Bad Language” y una investigadora en el campo de la inteligencia artificial, la Dra. Emma Byrne dice que pueden ayudar a los alumnos a comprender mejor el idioma enseñándoles a maldecir. Decir malas palabras se ha relacionado con la honestidad, una mayor credibilidad y un vocabulario más sólido, y ayudará a los niños a procesar y manejar la ira de manera más eficiente.

 

La Dra. Emma Byrne recomienda a los padres que cambien su actitud hacia las palabrotas y les enseñe a los niños a usar un lenguaje fuerte de manera efectiva.

 

Byrne explica en su libro que maldecir ha demostrado reducir la ansiedad, ayudar a las víctimas de trauma a recuperar el lenguaje y disminuir los efectos del dolor físico.

 

"Aprender a usar las malas palabras de manera efectiva, con el apoyo de adultos empáticos, es mucho mejor que intentar prohibir que los niños usen ese lenguaje".

 

Según un estudio interesante, maldecir cuando experimentas dolor puede aumentar tu tolerancia a la fuente del dolor en casi un 50%.

 

Por supuesto, no debes soltar todas las palabrotas que conoces en cada oración, pero quizás enseñarle a tus hijos que está bien usarlas en ciertas situaciones. Al menos según la especialista en lenguaje.

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