Yo no soy quien te hace crecer, tú lo haces conmigo todos los días, mi niña

Yo no soy quien te hace crecer, tú lo haces conmigo todos los días, mi niña
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El primer día de clases llegó. El primer día de Luciana en el kinder.

Luciana es mi hija de cuatro años y entró a kinder dos porque el año pasado se lo tomó sabático jajaja.

Optamos por clases en línea y pues todo muy bien. Le entendió rapidísimo a Zoom y ya sabía cómo activar y desactivar el micrófono.

Se presentaron y cantaron un poquito.

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Dibújense

Comenzó la primera actividad:

"Pequeños, mírense en un espejo y vean todas las partes de su cuerpo. Después dibújense en una hoja blanca".

Luciana comenzó, hasta sacaba la lengua de concentración.

¿El resultado? Unas líneas para todos lados que no tenían pies ni cabeza (literal).

Llegó el momento de mostrar sus dibujos. 

Uno a uno lxs niñxs iban mostrando sus autorretratos. Dibujos que, aunque chuecos, mostraban niñxs sonrientes. 

"Yo me dibujé en un brincolin miss", dijo una niña súper emocionada.

Le tocó el turno a Luciana. Mostró su dibujo y vi en su cara vergüenza.

"Que bonito Luciana", dijo la miss. "¿Tu dibujo se parece a ti?".

Luciana hizo un gran puchero. Pude ver tristeza genuina en sus ojos. Bajó la mirada. 

"No miss. No me parezco", dijo con voz muy quedita.

Se me partió el corazón. Tenía ganas de abrazarla y decirle "mi amor, es el dibujo más bonito del mundo, no te sientas triste. Eres la mejor".

Pero me contuve porque pa' empezar no iba a interrumpir la clase y además, no le puedo mentir a la morra. No puedo decirle que su dibujo era el más lindo cuando ella misma veía con sus propios ojos dibujos más parecidos a un humano que el de ella.

"Claro que sí Luciana. Lo hiciste muy bien. Sigue intentando y échale ganas", le contestó una miss sonriente.

Siguió la clase; no se clavó en eso y siguió con lo demás. Más canciones, más bailes. 

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"Mamá, ¿poemos volver a intentarlo?"

Terminó la jornada, estaba feliz. Luciana terminó muy contenta su primer día.

Pero... es Luciana y cuando algo se le mete a la cabeza a esa morra, nada la detiene.

Comimos, platicamos y recogimos la mesa:

—Mamá, ¿crees que podemos volver a intentar un dibujo sobre mi?"

—¡Pero claro que si mi amor!

Comencé yo:

—Mira esta es mi cabeza (mientras hacia un círculo). ¿Que más le falta?

—Ah, pues faltan tus ojos, tus cejas, tu pelo...

Y así me fue diciendo poco a poco que otras partes le hacían falta a mamá.

Acabé mi dibujo: "Ahora te toca a ti, amor, pero voy a pararme un momento".

La dejé solita en el comedor mientras me hice guaje en la cocina. La dejé sola para que no se sintiera presionada u observada.

"¡Mamá, ya terminé!", me dijo súper emocionada.

Les dejo el resultado en las fotos: un dibujo de una nena de grandes ojos, pestañas largas y sonrisa enorme me sonreía desde el papel.

 

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Mi maestra de vida tiene 4 años

Tal vez suene insignificante, es solo un dibujo,pero este dibujo refleja para mí completamente a mi hija.

Luciana es perseverancia. Porque no se rindió al primer fallo.

Luciana es humildad, porque tuvo la capacidad de reconocer que su primer dibujo no era el mejor. 

Luciana es observadora, porque miro primero como lo hice yo.

Luciana es alegría, porque no sé acomplejó ni se sintió menos. Sabía que si volvía a intentar, podría lograr lo que ella quería.

Luciana es amor. Porque puso todo su corazón para volverlo a hacer. 

Y es así como está chamaquilla de ojos grandes, a sus 4 añitos me da lecciones de vida. 

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No la presione para "hacerlo mejor" porque mejor es muy subjetivo; pero tampoco mentí diciéndole que era la mejor del mundo cuando la verdad es que yo sabía en mi interior que podía hacerlo mejor. 

No dejó que ese percance le arruinara el resto de la clase. No se clavó en eso y siguió sonriente, aunque con la idea rondando su cabeza.

Me enseñó que problemas siempre hay, pero es mejor dejar fluir y solucionar llegado el momento.

Hoy he aprendido que, el no obtener el resultado deseado no nos hace menos, pero se tiene que fallar para poder reconocer el "error" y volver a intentarlo.

Que todos somos diferentes, como esos dibujos. 

Que la vida no es una competencia todo el tiempo.

Luciana no repitió el dibujo para hacerlo mejor que l@s demás niñ@s, ni quiso ser mejor que nadie.

Ella lo hizo porque en el fondo sintió que podía dar más de ella, lograr su objetivo de poder hacer un dibujo de ella misma que fuera más lindo.

No lo hizo basándose en nadie más que en ella misma.

Tengo mucho que aprenderle. Y mucho que agradecerle por ser la mejor maestra de vida.

Y nada, aquí ando de mamá gallina sentimental, porque sin duda tenemos mucho que aprender, pero con constancia, esfuerzo y amor, todo se puede lograr.

Soy Mrs. (orgullosa) UnRight

Por cierto, si te gustó lo que leíste, en mi blog en Facebook hay mucho más.

 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la ideología de actitudfem.com

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