Olviden los baby showers, lo que realmente necesitamos son fiestas posparto

Olvida los baby showers, lo que realmente necesitamos son fiestas posparto
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"Lo que necesites, nena"

"Cualquier cosa, avísame"

"Yo te lo cuido cuando nazca"

"Llámame si necesitas ayuda con algo"

 

Cuando estás por ser mamá, todos quieren ayudar. O eso dicen.

 

De hecho, el baby shower de alguna manera se trata de eso: alivianar a los papás con regalos que necesitará el bebé cuando nazca.

 

El probema es que lo más complicado apenas está por venir, especialmente si consideramos las cifras.

 

 

En México, la incapacidad por maternidad es de 84 días; es decir, 6 semanas antes del parto y 6 semanas después.

 

Y esto solo aplica para las mujeres. Los padres apenas tienen 5 días para cuidar a su bebé, lo que significa que la nueva mamá se quedará sola, a cargo del crío, la mayor parte del día.

 

A eso súmale las tasas de depresión posparto. El Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz calcula que entre 13% y 15% de las madres en México padece de depresión posparto. Más o menos, una de cada 10.

 

Entonces, ¿no será que estamos malentendiendo la ayuda que le brindamos a los nuevos papás?

 

Hace unos meses, Marisa Mendez Marthaller de Bust Magazine publicó un gran artículo que propone las fiestas posparto:

 

"¿Qué sucede si tomamos toda la energía, el tiempo y el dinero que se destina a la fanfarria prenatal y en lugar de eso lo destinamos a ayudar a los nuevos padres cuando más lo necesitan: durante la recuperación emocional y física de las primeras seis semanas después del parto?"

 

 

Igual que cualquier festejo, una fiesta posparto incluye invitados, horarios, "juegos", y muchas ganas de ir.

 

Quizá no lo sabías, pero una madre recién parida no puede hacer cosas tan básicas como bañarse, dormir, comer o lavar la ropa del bebecito.

 

Ahí es donde entran los invitados. La propuesta es que durante al menos tres o cuatro semanas y en horarios fijos y estratégicamente delimitados, la madre reciba en casa a personas que verdaderamente quiere ver, previamente advertidos que irán para ayudar.

 

Hay mucho que hacer cuando un bebé nace: limpiar, acompañar a la nueva mamá, platicarle, animarla y apoyarla, cocinarle o llevarle su comida favorita. Todo sirve, incluso más que ese gimnasio que planeabas regalarle al bebé y que seguro dejará de usar en semanas.

 

Los regalos son bienvenidos, pero la idea es que los futuros papás se hagan de una sólida red de apoyo entre amigos y familia que estén dispuestos a cumplir todos esos ofrecimientos de ayuda que hicieron previo al nacimiento de la criatura.

 

¿Qué opinas?

 

Menos baby showers, más fiestas posparto. Menos celebraciones vacías, más reuniones fraternas.

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