Por qué mamás e hijas pelean

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Puedo decirles que tengo una gran relación con mi mamá, pero no siempre fue así. ¡Oh no! No hay duda alguna que durante mi adolescencia le hice ver a mi madre su suerte, las canas verdes le quedaron cortas y nos echamos unos buenos dramas dignos de cualquier telenovela de la noche.


Durante cuatro años nos hicimos la vida imposible, cualquiera diría que nuestra misión era hacer enojar a la otra (eso parecía) y lo cierto es que en ese momento, ninguna de las dos se detuvo a pensar en el por qué. Por qué nos portábamos así, por qué respondíamos de esa manera, por qué cuando se trataba de la otra la paciencia era algo imposible.


Pero sé que no soy la única en esa situación, la cultura popular está llena de peleas épicas entre madres e hijas, de relaciones llenas de tensión entre ellas, ¿pero por qué esta relación es tan complicada?


Deborah Tannen, Profesora de Lingüística en la Universidad de George Town, analiza la relación madre/hija en su libro ‘You’re Wearing That?: Undestanding Mothers and Daughters in Conversation, y plática sus opiniones para Vox.


Tannen descubrió que la tensión central de la relación entre madres e hijas: Las mamás quieren proteger a sus hijas así que les ofrecen consejos, que piensan, las ayudarán. Por su lado las hijas buscan la aprobación de sus madres, así que interpretan este consejo como una crítica, una prueba de que son imperfectas.


Este es el escenario perfecto –el deseo de la madre de proteger vs. el deseo de aprobación de la hija- para que sucedan una seria cantidad de malentendidos y desacuerdos.

 

Piénsenlo, un día nuestra mamá nos dice que estamos usando mucho maquillaje, pero lo que nosotras escuchamos es que no les gusta nuestro maquillaje, que estamos haciendo las cosas mal. ¿Qué pasa? Se libera el infierno, porque obviamente no nos quedamos calladas, les contestamos y ellas, nos contesten o no, se llenan de frustración porque ya no saben qué decir y cuándo decirlo. Nada de flores y corazones en esa relación.

 


Aunque Tannen ha encontrado un aumento en las hijas y madres que dicen ser “mejores amigas”, un término que hace años jamás se pensaría en esta relación. “Mi mamá es mi mejor amiga”, una frase característica de las generación millennial, que es mucho más cercana a sus padres.


Pero la profesora dice que en la relación madre/hija, la designación “mejor amiga” significa que ellas hablan frecuentemente y se cuentan todo. Atesoramos la idea de que alguien se interese en nuestro día a día, pero este contacto constante es un arma de doble filo, porque existe una delgada línea entre ser amiga y mamá o hija.


“Porque hablan más, comparten más cosas personales, existen más oportunidades de decir algo incorrecto”, explica Tannen. La lingüista identificó tres fuentes de fricción en las conversaciones madre/hija: cabello, ropa y peso. Todas, relacionadas con la apariencia física, un reflejo de los problemas que las mujeres enfrentan en la sociedad actual.


¿Qué podemos hacer para pelear menos?


El conflicto madre/hija es universal y la solución práctica que Tannen propone es muy simple: cambiar la manera en que reaccionamos al consejo de nuestra madre.


Pensemos “Sí, escucho una crítica –pero eso no significa que no le importo”. El consejo para las madres es similar: Trata de ver las cosas desde el punto de vista del otro. Las mamás deben reconocer que las hijas se ofenden de algunos consejos, sin importar las buenas intenciones que haya detrás.


¿Ustedes pelean o pelearon mucho con su mamá? ¿Qué hacen pare resolver su conflicto? Cuéntenos en la parte de abajo.

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