Fingir que eres feliz en el trabajo te orilla a beber mucho más al salir de él, según estudio

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Ya sospechábamos que fingir emociones no podría llevarnos a nada bueno, pero ahora tenemos las pruebas.

 

Investigadores de Pen State y de la Universidad de Buffalo encontraron que las personas que fingen ser felices en el trabajo, tienen más probabilidades de beber al salir de su jornada laboral.

 

 

El estudio publicado en el Journal of Occupational Health Psychology reveló que quienes trabajan directamente con clientes y que parte de su trabajo es básicamente, dar ‘una buena cara’, consumen más alcohol. 

 

La psicóloga Alicia Grandey, autora del estudio, reveló que simular emociones positivas está relacionado con beber más tras el trabajo y sentirse deprimido. (Aquí unos tips para ser feliz, de adevis en el trabajo).

 

 “Fingir y suprimir las emociones con los clientes está relacionado con beber más allá del estrés del trabajo o sentirse de una manera negativa”.

 

 

¿La razón? Entre más tienen que controlar sus emociones negativas en el trabajo, menos pueden controlar las ganas de beber alcohol al final del día.

 

“Sonreír como parte del trabajo parece algo positivo, pero hacerlo todo el día puede será agotador. En estos trabajos, a menudo también hay dinero vinculado a mostrar emociones positivas y contener sentimientos negativos. El dinero te da una motivación para anular tus tendencias naturales, pero hacerlo todo el día puede ser muy difícil”.

 

Para esta investigación, se entrevistaron a mil 500 trabajadores en los Estados Unidos, a quienes se les preguntó qué tan seguido simulaban sus sonrisas, con qué frecuencia bebían después del trabajo, cuánto control sobre sí mismos sentían que tenían en el trabajo y qué tan impulsivos eran.

 

Los resultados arrojaron que la situación era aún más peligrosa para las personas impulsivas, pues se les obliga a tener un mayor control en el trabajo, que deriva en menos autocontrol para controlar la bebida.

 

“La relación entre actuar en la superficie y beber después del trabajo fue más fuerte para las personas impulsivas o que carecen de control personal sobre el comportamiento en el trabajo. Si eres impulsivo o te dicen constantemente cómo hacer tu trabajo, puede ser más difícil controlar tus emociones todo el día, y cuando llegas a casa, no tienes ese autocontrol para detenerte después de una bebida”.

De igual manera, este efecto es más notorio en trabajadores que ven solo una vez a sus clientes, como el caso de los cajeros de supermercado, o los meseros.

 

Además, la edad juega un papel determinante.  El estudio sugiere que las personas que trabajan en comercios como restaurantes, tienden a ser más jóvenes, por lo que es posible que aún no tengan suficiente autocontrol como para medirse al momento de beber después del trabajo.  

 

Si te sentiste identificada, no te preocupes esto es lo único que necesitas para cambiar tu vida en el trabajo. 

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